Cuando trabajas en un trabajo de hombres III - Relatos Eróticos

Cuando trabajas en un trabajo de hombres III

... de mi entrepierna desde luego le indicaban otra cosa.

Lo aparte para evitar que su pollon me llenara de babas el estomago y la braguita del bikini, que al ser negro delataba el origen de la mancha, al separarme se me quedo mirando con cara de deseo, estaba delante de el a medio vestir, mis tetas sin nada que las tapara se presentaban como José me había dicho perfectas, desafiando la gravedad, con los pezones duros y turgentes debido a las caricias y a la excitación del momento, no podía follarme pero la situación era difícil de resolver sin entregar algo al enemigo, se volvió acercar, para impedir que me manchara el goteo de su polla se la agarre con la mano, también estaba empapada de sus juegos, me fue imposible no acariciarla de arriba abajo recreándome en sus huevos, mientras José volvió al ataque mientras me sujetaba del cuello y me besaba su otra mano bajaba mi braguita del bikini, mi resistencia estaba siendo otra vez puesta en duda, si volvía acercar su boca a mis tetas que estaban pidiendo a gritos ser devoradas, me tenia vencida, pero no me siguió besando hasta que mi boca empezó a devorarlo con pasión y mi mano aumento el ritmo de las caricias.

-Hijo de puta la tienes enorme, que sepas que preñarme no me preñaste, pero estuve casi quince días escocida ¡CABRÓN!

Empecé a besarle el cuello, el pecho, mientras relamía lo que besaba, baje hasta su ombligo me recree evitando acercar mis labios a su polla, notaba que estaba apunto de explotar, sus manos ...

... empezaban a mover mi cabeza para que cogiera a esa monstruosidad entre mis labios, me mantuve firme unos minutos, no podía recrearme y esto tenia que acabar ya, me separe un poco para mirarle a los ojos con cara de zorra y no hizo falta que me guiara la cogí y empecé a besarla recorriendo el tronco hasta sus huevos, de los huevos hasta el capullo que lo introducía delicadamente en mi boca, a la vez que jugaba con el con mi lengua, cuando lo dejaba de chupar me retiraba mirándole con mi lengua incitándole a que me derramara su leche en ella y volvía a empezar, no se si era efecto de la calentura del momento pero su polla parecía aun más grande si aquello era posible, cuando la introducía en mi boca aquella monstruosidad palpitaba igual que un corazón.

Apenas tuve que repetir el proceso y al cuarto ejercicio sus manos cogieron mi cabeza y empezó el a llevar el ritmo de la mamada, la calentura que llevaba me impido ver esto venir y perdí el control de la situación, además al estar de espalda al mueble de baño no tenía retroceso y tuve que sujetarle la cintura para que no me asfixiara, menos mal que no soy novata y mientras con una mano lo empujaba hacia atrás con la otra le masajeaba sus huevos, mientras lo miraba con cara de vicio para que durara lo mínimo y lo conseguí, apenas dura seis embestidas para empezar a correrse, fui incapaz de liberar mi cabeza mientras su primer chorro de semen me inundaba la boca, me lo trague a duras penas antes de recibir dos descargas más que me ...