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Aventuras con mi hijastra la excursión
Fecha: 03/11/2025, Categorías: Hetero Incesto Sexo con Maduras Autor: SERRANO V4, Fuente: SexoSinTabues30
... trasero. El contacto inicial fue suave, la toallita deslizándose sobre la firmeza cálida de su piel. Astrid emitió un pequeño suspiro, casi imperceptible, al sentir el contacto. Con la punta de mis dedos envuelta en la toallita húmeda, me aproximé a la hendidura entre sus glúteos rodando su ano aún abierto. Astrid contuvo la respiración por un instante, y pude sentir un ligero temblor en sus muslos. Con una suavidad extrema, deslicé la toallita en el interior, limpiando cualquier rastro. Una vez que retiré la toallita, Astrid suspiró suavemente, relajando ligeramente su cuerpo sobre mis piernas. Sin levantar la cabeza, su voz apenas un murmullo contra mi muslo, dijo: “Mmm… Papi… me encanta… cómo me tocas.” Hizo una pequeña pausa, como buscando las palabras adecuadas, y luego añadió con un tono que mezclaba una dulce inocencia con una insinuación precoz: “Se siente… muy bien. ¿Podrías… podrías seguir un poquito más?”. Con una lentitud deliberada, volví a pasar la punta de mis dedos, sobre la piel suave de sus nalgas. Astrid dejó escapar un suspiro, y su cuerpo se tensó ligeramente bajo mi tacto. Comencé con movimientos circulares suaves, explorando la firmeza de sus glúteos. Poco a poco, amplié el área de mis caricias, sintiendo el calor que emanaba de su piel. Con una suavidad aún mayor, deslicé mis dedos hacia la hendidura entre sus nalgas. Astrid contuvo el aliento una vez más, y sentí cómo sus músculos se tensaban ligeramente bajo mis dedos. Con una delicadeza extrema, ...
... separé suavemente sus glúteos, exponiendo el pequeño y apretado orificio de su ano. La piel circundante era suave y sonrosada. Con la punta de mi dedo índice, rocé suavemente la entrada de su ano. Con una lentitud casi palpable, comencé a dibujar pequeños círculos alrededor de la abertura, sintiendo la sutil contracción de su esfínter. Con la punta de mi dedo índice danzando suavemente alrededor de su ano, detuve el movimiento. “As mi amor, ¿así está bien?”, susurré. Astrid dejó escapar un suspiro tembloroso, su cuerpo relajándose ligeramente sobre mis piernas. “Mmm… sí, Papi,” respondió con un tono que vibraba con una mezcla de placer y una excitación contenida. “Me encanta… qué rico se siente.” Astrid arqueó ligeramente su espalda, levantando un poco sus caderas de mis piernas. Con voz, tierna, llegó a mis oídos. “Mira, Papi…” dijo, haciendo una breve pausa antes de añadir con un tono que vibraba con una excitación palpable, “…cómo me pones… ya estoy mojada otra vez.” Un leve suspiro escapó de mis labios. “Mi amor,” dije con una suavidad que intentaba no perturbar el momento, “tu mami nos está esperando. Ya debemos ir por ella.” Finalmente, levantó la mirada, sus ojos aún brillantes con una mezcla de excitación y algo parecido a una suave súplica. “Pero, Papi…” murmuró, su labio inferior tembló ligeramente. “Un ratito más… por favor…” Antes de que pudiera añadir algo más, me incliné y deposité una serie de besitos muy tiernos sobre la suave curva de sus nalgas expuestas. ...