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Aventuras con mi hijastra la excursión
Fecha: 03/11/2025, Categorías: Hetero Incesto Sexo con Maduras Autor: SERRANO V4, Fuente: SexoSinTabues30
... urgencia creciente. “Mi mamá me mata si llego tarde. ¿Podríamos ir ya, por favor?”. «Sí, vamos, ya es muy tarde y hay que pasar por mi mamá», dijo Astrid, con un tono de voz que intentaba sonar tranquila. «Sí, vámonos», asintió Camila. «Mi mamá me va a matar si llego tarde». El silencio se instaló en el coche, cada una absorta en sus propios pensamientos. Yo, al volante, mantenía la vista fija en la carretera, intentando ignorar la reciente y extraña intimidad compartida. De repente, el sonido estridente de mi teléfono rompió la tensa calma, sobresaltándonos a todos. La pantalla mostraba el nombre de Wendy. Contesté, poniendo el altavoz, y la voz de Wendy resonó en el coche: “¡Hola, cariño! ¿Ya recogiste a Astrid?” “Sí, aquí estamos los cuatro”, respondí, lanzando una mirada rápida a las tres chicas en el asiento trasero. “¿Los cuatro?” preguntó Wendy, con un tono de voz ligeramente confundido. “¿Quién más está contigo?” “Llevo a dos amigas de Astrid a sus casas”. “Ah, ya veo”, dijo Wendy, con un tono más relajado. “Bueno, cariño, te llamaba para decirte que la reunión se está alargando más de lo que pensaba. ¿Podrías hacer un favorcito?” “Claro, dime”, respondí, atento. “¿Podrías llevar a Astrid al centro comercial a comer algo? Y de paso, ¿le compras su traje de baño para la excursión? ¡Ay, casi lo olvido! La bolsa rosa que te dejé en el coche esta mañana… ¿podrías guardarla bien? No quiero que las niñas vean lo que contiene, ¿sí?. “Por supuesto, corazón. No hay ...
... problema”, dije, lanzando una mirada a las chicas, que me escuchaban con curiosidad desde el asiento trasero. “¡Genial! Y otra cosa, ¿podrías comprar pizza para cenar? Estoy agotada y no tengo ganas de cocinar”. “Hecho, mi amor. Pizza para cenar”, confirmé, con una sonrisa. “Nos vemos en casa”. “Gracias, cariño. Eres el mejor. ¡Besos!”. Astrid y sus amigas intercambiaron una mirada de complicidad. Michelle y Camila se acercaron a Astrid y le susurraron algo al oído. Astrid asintió, y luego se dirigió a mí. “Papá…”, dijo Astrid con un tono de voz dulce, “Michelle y Camila me preguntaron si podían venir con nosotros al centro comercial. ¿Podemos llevarlas, si…di que si?” Las tres, al mismo tiempo, añadieron: “¿Por fa?” “Claro, no hay problema”, respondí, sonriendo. “Pero, ¿se portarán bien?”. “¡Sí, papá! ¡Lo prometemos!”, exclamaron las tres chicas al unísono, con una sonrisa traviesa. “Y si son muy, muy buenas… quizás le pidamos a papá que les compre algo especial. ¿Verdad, papi?”. Astrid deslizó una mano por el brazo de Michelle, rozando su piel con la punta de los dedos, y luego hizo lo mismo con Camila, mirándolas con una sonrisa cómplice y señalando la bolsa de «Intimates & More». Los ojos de Michelle y Camila se iluminaron con una chispa de travesura. “¡Sí!”, exclamaron las tres, conteniendo la emoción con risitas ahogadas. “¡Nos portaremos como angelitos, lo juramos!”. Michelle sonrió, pero su mirada tenía un brillo que iba más allá de la alegría infantil. Se inclinó hacia As y ...