1. Mi profesor Don Manuel 2ª parte


    Fecha: 03/11/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tiliref, Fuente: TodoRelatos

    Aquella intensa tarde-noche llena de erotismo no se prolongó más porque ya que se hacía tarde y yo debía volver a casa con mis padres para la cena. Don Manuel debía conducir su coche para llevarme, así que me dediqué a limpiarle el semen esparcido por su barrigón y sus tetas con pezones grandes y rosados. Él miraba en diferentes direcciones como si aquello no fuera propio de un macho gordo y corpulento, pero dejaba que yo manoseara y tocara sus gordas pelotas colgantes con su polla gorda y flácida.
    
    Dejó de disimular y se abandonó poniendo sus manos detrás de la nuca y cerrando los ojos como si estuviera dormido. Con la camisa abierta y los pantalones en los tobillos su enorme y dura barriga lucía esplendorosamente sexy. Yo me subí en ella y me incliné a darle besitos el las redondas y grandes bolas que tenía por bíceps, besé sus hinchadas tetas y él aparentando estar dormido permitiendo que yo muy excitado lo adorara y le diera piquitos en sus finos labios y en sus gruesos mofletes.
    
    Don Manuel era muy macho y deseaba a las mujeres en extremo pero su físico no era popular entre ellas que lo rechazaban por gordo y bruto. Un hombre tiene sus necesidades sexuales y el roce de mi joven y delgado cuerpo y mis caricias lo consolaban de la falta de hembra y se dejaba hacer por mi. Yo quería ser una de ellas dándole placer continuamentey poco a poco me empecé a sentir una mujer dedicada por entero a satisfacerlo con devoción y entrega.
    
    Su mujer algo resignada le pidió que ...
    ... volviera rápido a casa y él dándole un beso en los labios la tranquilizó diciéndole que no esperara por él para cenar. El vehículo era un Volvo clásico y espacioso de principios de los años ochenta. Durante el trayecto a casa de mis padres bromeaba conmigo, me alborotaba el pelo y me pellizcaba riéndose.
    
    Iba un poco bebido pero conducía sereno. Yo me sentía querido y protegido por su trato. Mientras conducía me estuvo hablando de que lo que había sucedido entre nosotros obedecía no a un comportamiento desviado. Me dijo que él lo había permitido porque si yo lo deseaba Don Manuel estaba dispuesto a instruirme y tutelarme en la intimidad y también en la vida social con si fuera un padre y me explicó que desde que nos conocimos me había cogido un cariño diferente al de los demás alumnos.
    
    Yo atento a todo lo que me decía no me percaté que se desvió de la autopista hacia un descampado solitario. Aparcó el coche y apagó las luces. Yo estaba tan emocionado con lo que me estaba diciendo que en un acto reflejo recosté mi cabeza en su pierna buscando su contacto corporal y subí la pernera derecha de su pantalón para tocarle los enormes y duros gemelos que poseía.
    
    Don Manuel me acarició el cabello paternalmente y después reclinó su asiento para estar más cómodo mientras me dejaba que lo tocara y lo besara. Me atreví a abrirle el cinturón y su preciosa y gorda polla cogió aire en mi mano. No pensé en por que conocía ese sitio tan tranquilo. De lo que sí me di cuenta es que varios ...
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