Darío o Dalia Parte 2 - Relatos Eróticos

Darío o Dalia Parte 2

Darío o Dalia Parte 2

Retomo parte de lo que sucedió entre Darío, Dalia. Para esta segunda entrega.

Darío, se despide de su amigo José a quien conoció en un viaje de autobús rumbo a su casa.

·¡Oh, José, no por favor! No sigas, soy hombre. Tengo novia. Es tarde, debo llegar a casa.

·¡Estás hermosa Dalia! Simplemente hermosa.

·Ya me di cuenta que eres un hombre muy atrevido.

·Y tu Dalia eres una chica divina.

Sintió la verga erecta de su amigo entre sus piernas. Se sentía excitado, deseoso, El hombre sabía cómo tratarlo, con tacto, con delicadeza Darío abrió su boca para recibir un beso profundo, fuerte, las manos de José acariciaban sus nalgas, se hicieron hueco entre ellas.

·No José, por favor no. Ahora no, quizá otro día.

·Está bien Dalia. Comprendo tu apuración. Pero pronto nos volveremos a ver. ¿Lo prometes?

·Si José, te lo prometo.

José abrió la puerta para permitir la salida de Darío. Antes le propinó una nalgada. Darío salió, caminó unos pasos, movió sus nalgas, sabía que al hombre le encantaban y se perdió en la noche de la calle. Camino a casa, pensando en lo sucedido, meditó… Darío, Dalia, muy parecidos. Oh, es el nombre de su hija. Lo vi en un retrato sobre el escritorio de la chica. Me acomodó el nombre de ella. Me dijo que yo se la recordaba. ¿Acaso estaba pensando en ella?

En casa, sentado frente a su mesa de trabajo, abrió su laptop, para hacer un trabajo pendiente, lo hizo durante un buen tiempo, avanzó en él, tenía dos ...

... días mas para terminarlo, por lo que decidió descansar y dejarlo para otro momento.

Decidió darse un baño, se sentía cansado, Pensó en Fabián, su amigo, luego en lo sucedido con José su vecino. Tenía la sensación de sus besos, de la nalgada que el hombre le propinó antes de salir de su casa. Se desnudó frente al espejo, se fijó en los detalles de su cuerpo. Pues sí, la naturaleza lo había premiado con un cuerpo hermoso; Pero, ¿eso era lo que le satisfacía? No, recobró la razón, no, el era hombre y debía comportarse como tal a pesar de ese cuerpo. Se vistió, abrió nuevamente su laptop, buscó paginas de mujeres, quería reafirmar su hombría. Olvidarse de los actos impuros con hombres.

Estuvo mirando por un rato fotografías de mujeres hermosas, algunas con lindos vestidos con zapatillas de tacón alto, hurgó en sitios de jovencitas, vestidas con falditas, con blusas trasparentes, miró fotos de chica en lencería. Se veían tan hermosas en sus gráciles cuerpos.

Escuchó que entraba un mensaje en su celular, lo atendió. Pensando que era de su madre.

Una, dos, tres fotos de una chica. Si, era Dalia, la hija de José. Una foto con una cara hermosa, una cabellera de color parecido al de él. Una segunda de medio cuerpo ataviada con una blusa vaporosa semi trasparente mostraba un brasier rojo, una manga caída dejando a la vista el tirante. Una tercera foto la mostraba parada frente al espejo de perfil, con una bata trasparente, mostrando una linda tanga, sin brasier. Hermosa ...