1. En la playa


    Fecha: 09/11/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Karl058, Fuente: TodoRelatos

    Me gustaba levantarme temprano para ir a la playa y ver salir el sol. Me sentaba en la arena y esperaba la contemplación de una puesta en escena tan espectacular como silenciosa, sin aplausos, con la total indiferencia de la gente que pasaba. Yo en cambio permanecía absorta a los colores que se sucedían y que captaba con la cámara.
    
    Todavía quedaban parejas que, exhaustas de una noche de amor, permanecían dormidas, ellos desnudos con su miembro flácido y ellas encima con sus pechos hermosos ajenos a los que empezaban la mañana con sus paseos. Decidí ir a la caza de esas parejas y fotografiarlas en esas primeras horas diurnas antes de la salida del sol. La primera la encontré durmiendo a pierna suelta completamente desnudos, pero algo apartados de la primera línea de playa, casi en un rincón. De lejos divisé unos bultos y me acerqué despacio preparando la cámara. A cierta distancia enfoqué para verlos bien. Cada uno tenía la mano en el sexo del otro, ella apoyada la cabeza en el pecho de él. Me paré y fotografié todos los detalles, tanto en conjunto como en particular. Cuando acabé, me di la vuelta y seguí buscando.
    
    La siguiente estaba no lejos de allí, parecían despertarse. Antes de que me vieran, los fotografié vistiéndose, pero conseguí aún ver sus partes desnudas.
    
    Entonces pensé que lo mejor sería verlos en plena faena, por la noche. Porque ahora no tenía mucha gracia, en plena luz del día, o durmiendo o vistiéndose. Tampoco estaba mal, pero por la noche iba a ...
    ... ser mucho mejor. Pero no podía ponerme delante de ellos mirando cómo lo hacían. Lo mejor sería llevar una pareja y explicarle el plan.
    
    Volví a casa y abrí mis contactos. Repasé rechazándolos uno a uno hasta que se me acabaron todos. Sonreí. Si iba con un chico, querría hacerme el amor, penetrarme, por mucho que le dijera que lo que quería era hacer fotos a las otras parejas. Eso lo pondría más cachondo. No, así no podía ser. Así que decidí ir sola.
    
    Después de cenar me quedé a contemplar el mar como hacía muchas veces hasta que, sin querer, me dormí. Cuando desperté vi que era la hora perfecta, las dos de la madrugada. Salí a la arena y agudicé el oído, pero las olas del mar difuminaban cualquier otro sonido que pudiera haber como gemidos de orgasmos.
    
    Sabía que a esas horas no me sería difícil encontrar parejas, así que cogí la cámara y me fui a caminar por la orilla donde enseguida encontré a varias parejas bañándose. Claro, eso no lo había pensado, pero era lógico que se bañaran. Podía ser el antes o el después.
    
    Como no había luna, iba a ser más complicado, pero más interesante. Puse el zoom y empecé a sacar fotos. Unos corrían, otros, tumbados se besaban y otros se masturbaban sin pudor. Me detuve en estos últimos, me gustaba verlos así y tomé varias fotos. Como estaba sentada, medio tumbada, no se fijaron en mí. Ellos iban a lo suyo.
    
    Lo que al principio eran juegos, se fue convirtiendo en caricias, besos y luego en unos actos sexuales tan hermosos que me ...
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