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Tirándome a mi cuñada (o algo así)
Fecha: 10/11/2025, Categorías: Fetichismo Autor: pantia, Fuente: CuentoRelatos
... completamente, y con su melena negra revuelta sobre la cama, me recordó perfectamente a mi cuñada, a pesar de que nunca la había visto desnuda en la cama, más quisiera yo… Me dijo que qué quería hacer, y le pedí que me hiciese unos poses con su culito, pero sin enseñarme su cara. Quería imaginarme a mi musa en ese cuerpo femenino… Ella se inclinó hacia delante, mostrándome su culito en su máximo esplendor, y una vista perfecta de su vulva depilada. Sabía que mi cuñada no tenía la vagina depilada, pero era mejor así. Sus pequeños pechos caían hacia abajo como seguramente lo harían los de mi cuñada. Ella se empezó a acariciar y a masajear la vulva, provocándome descaradamente. Yo me fui hacia el cuarto de baño y en el cesto de la ropa de lavar encontré suficiente material. ¡Bingo!. Al volver a la habitación, ella estaba en plena fiesta, y ya tenía la vulva mojada. Sus pechos rozaban con las sábanas, y sus pezones ya estaban erectos. Me puse a cien, y decidí desnudarme para liberar mi tensión. Dejé sobre la cama varias prendas íntimas de mi cuñada, quedándome con unas braguitas bancas suyas que ya conocía perfectamente, y que guardaban aún su olor y un rastro de flujo vaginal. Noemí se volvió hacia mi: -“¿Son sus braguitas? ¿Quieres follarme con su ropa?”. Le respondí ansioso: -“Necesito que te pruebes su ropa, incluyendo esas bragas usadas, quiero que tus flujos se mezclen con los suyos…”. Ella obedeció, y curiosa, se llevó las prendas a la cara, oliendo como ...
... lo estaba haciendo yo. -“Así que te pone eso de oler sus bragas, la verdad es que moja bien las bragas, ¿crees que su marido se la follará esta noche?, parece que está bastante a punto”. El atrevimiento de la pregunta me puso más caliente, y empecé a masturbarme delante de ella. Se subió las bragas y empezó por ponerse unos pantys rosas de mi cuñada que me encantaban, le sentaban perfectos, prácticamente como a ella. Estaba de espaldas a mi, tumbada en la cama. Mientras le miraba las caderas y las piernas, me masajeaba el pene, ya muy duro. -“Eres como ella, me estás poniendo muy caliente, y lo sabes”. -“Si la convences para que lo haga, me la puedo tirar para ti, ¿te gustaría un numerito lésbico?”. Era evidente que quería ponerme caliente, y lo estaba consiguiendo. Antes de calentarme más, le pedí que se pusiese un vestido de mi cuñada, que le entró como un guante. Estaba buenísima, y de espaldas era como ella. Luego le pedí que Se pusiese los pantys blancos de mi cuñada, esos que sólo se ponía en ocasiones especiales, como en alguna boda. Al bajarse los pantys rosas me di cuenta que los había manchado. Ella misma estaba excitándose con este trabajito tan especial. En cuanto se puso los pantys de mi cuñada, no pude evitar la tentación de acariciar sus piernas, primero sutilmente y poco a poco con más deseo y ansia de placer. Para colmo ella empezó a hablarme como si fuese su cuñado, susurrando palabras de provocación, y sacando el culito en pompa. Metió su ...