1. HOMENAJES A SUPERSTICIONES | Nena Bonita


    Fecha: 11/11/2025, Categorías: Hetero Autor: Orlok82, Fuente: SexoSinTabues30

    ... el burdel, Nell había quitado los cerrojos de la todas las puertas por la seguridad de las chicas. Para Violet, las cerraduras en servicio imprimían un aire no de seguridad, sino de todo lo contrario. —¿Por qué está cerrada esta puerta? —A veces entran chicos. Creo que sienten curiosidad por mi cámara. El vecindario se ha vuelto malo. —¿Por qué? Bellocq se impacientó. Por más bella que fuera la recién llegada, no dejaba de ser una niña. —“Por qué, por qué ¿por qué?” Yo no sé el porqué. Por las casas de putas, será. Lejos de sentirse aludida u ofendida, Violet entró hasta la estancia, cuestionando la ausencia de electricidad. Lo miró todo con lupa y después de un segundo concluyó: —Me gusta esta habitación. Vio hacia la cama con techo y toldo para protegerse de alimañas. Solo hasta entonces dejó la maleta, y lo hizo para lanzarse a la cama y saltar sobre esta. Sus gritos de «Ooka Dooka» fueron interrumpidos por el estruendo de la pobre cama al desbaratarse y caer. Violet pegó un agudo grito, cayó junto con las tablas y el colchón y quedó encima de ellas igual de inerte que cualquier pieza de la destruida cama. —Bien hecho —lamentó Bellocq. Pero ella no respondía. Tal parece que tenía la manía, igual que tras haber atendido a su primer cliente, de hacerse la muerta. —¿Violet? —se inclinó Bellocq. Ella resucitó y se incorporó de un rápido brinco, preguntando: —¿Me puedo quedar? —Sí, si es lo que quieres. Con aún más rapidez, impulsada por la alegría que le causaba la respuesta ...
    ... libre de dudas del fotógrafo, Violet se puso de pie sobre el desnivelado y caído colchón y puso sus manos en los hombros de él. —Y ¿dormiremos juntos y me cuidarás? Bellocq la retó diciendo un seco «no», cuya respuesta fue un violento halonazo de parte de la muchacha, que consiguió girarlo y arrojarlo boca arriba sobre los despojos de la cama. Se sentó junto a él y le interrogó casi con rabia: —Y ¿por qué no? —Pues porque… No estoy seguro…—respondió Bellocq. Volviéndose a llenar de ínfulas, como en la mañana en el patio de La Casa, Violet sacó hacia adelante su plano pecho y se ufanó: —Me tienes miedo. —Quizá. —Quiero que seas mi amante, me compres medias, y ropa… —No sabes lo que dices, Violet. —¡No voy a cobrarte por nada en absoluto! Y puedes visitarme en La Casa, serás mi hombre favorito. —Y ¿qué no vienes huyendo de La Casa? —acertó Bellocq. Violet volvió a encorvar el dorso y aceptó: —Oh, sí. No pueden golpear así porque sí. Bueno, no a mí. —Estoy absolutamente de acuerdo —respondió Bellocq, acomodándose. Recordó con vergüenza la ira que sintió contra Violet por haber roto su cámara. —Tú me pegaste una vez —lo acusó ella. —Sí, y lo lamento. El recuerdo de aquél incidente, en el que estuvo presente Hatti, provocó un comentario de Violet: —Amas a mi madre más que a mí. Sé de estas cosas más que tú. Sabes de estas cosas acerca de los hombres cuando eres mujer. El amor ya no podía disimularse más en la cara de Bellocq. Podría ser leído hasta por un ciego. Observaba a Violet ...