1. Mi hermano, yo y un verano fabuloso


    Fecha: 13/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Jegac, Fuente: CuentoRelatos

    ... trabajar un poco más tarde -vivía en el propio hotel-, pero era el último en servir el comedor. Descansaba después unas 3 horas, si la gente lo dejábamos y se incorporaba después a servir las cenas, siendo también el último en salir. Por las mañanas, según me había contado, en lugar de ir a la playa, estudiaba en su habitación. No quise hacerle esperar para descansar y comí rápida. Yo creo que le comí más con mis miradas que no lo que me pusieron en el plato. Este año había cumplido los 20 y estaba imponente.
    
    Sus piernas continuaban siendo las columnas de mis sueños. Su trasero, inmenso, el agarradero para asirse a él y sentir mis soñados embates. Su pecho, el que Maciste quisiera, su cara. Oh, no. Me había vuelto a mojar. Menos mal de la compresa! Me fui como loca para casita. Albert se había ido. Ojalá no volviera jamás! Me metí en mi habitación y me quedé con el sujetador y las braguitas. Me tumbé en la cama. Me gustaba quedarme en ropa íntima, porque así soñaba que me metían mano y me la sacaban unas veces poco a poco, otras violentamente. Empecé a tocar mis pechos por encima del sostén. Mis manos regiraban sobre ellos y el meñique se deslizaba debajo de él. Bajé una mano a mis braguitas e introduje el dedo índice. La compresa empezó a cumplir su cometido. Mi culito se arqueaba de placer. Mi boca besaba otras bocas imaginarias y. Mierda, esta vez si me di cuenta. La puerta de la calle se había abierto! Paré mis toqueteos. Me quedé muda y parada y me fingí la ...
    ... dormida.
    
    Habrían vuelto ya mis padres? Albert, cuando salía por las tardes, no solía regresar hasta la madrugada. Ni siquiera venía a cenar. Oí una voz apagada. Vaya, era él. Albert hablaba flojo, con voz queda. Sonó la puerta de su habitación y oí como esta se cerraba. Se apagaron las voces. Me levante descalza, sin hacer ruido alguno. Recorrí el trocito de pasillo y me pegué a su puerta. Nada! hasta que de pronto, me sobresalté al percibir un sonido metálico contra la madera.
    
    Lo primero que pensé fue en las enormes hebillas de los cinturones de mi hermano. Dejé pasar unos segundos y abrí la puerta de par en par. Lo que vi fue la guinda que completaba el día. Mi hermano, desnudo estaba con el culo en el borde de la cama con las piernas en alto y abiertas. Un chico, desnudo su torso, le sujetaba uno de los tobillos y con la otra mano le ensalivaba el culo, y ese chico era Luca. Mi ira estalló. Albert estaba sujetando los hombros de mi italianito como si quisiera indicarle que pasara de mi y continuara. No podía más y me fui hacia ellos. Me acerqué a la cama y, fue entonces cuando la cosa cambió.
    
    Luca se liberó de las manos de mi hermano y se abalanzó sobre mi. Mi primera reacción fue de asco y quise sacármelo de encima, pero a los pocos segundos reaccioné. Qué mejor ocasión de castigar a mi hermano, por marica, que la de quitarle el “novio”. Por otra parte Luca estaba inmenso! Lo primero que hizo fue sujetarme las muñecas y besar mi ardiente boca. Una oleada de su saliva, ...
«12...456...»