1. Una Noche de Fuego en Málaga


    Fecha: 13/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: GTor0, Fuente: TodoRelatos

    ... montón de papeles.
    
    “Exhibicionismo público, escándalo público, y posible complicidad en corrupción de autoridad,” enumeró el oficial, mirándome como si fuera escoria. “¿Tiene algo que decir en su defensa?” Intenté explicar que todo había sido un error, que solo me había dejado llevar, pero mis palabras sonaban vacías incluso para mí mismo. Al final, me limité a bajar la cabeza y murmurar: “Lo siento, no sé qué me pasó.”
    
    Mientras tanto, Sandra, con esa habilidad suya para salir de cualquier situación, parecía estar manejando las cosas a su manera. Desde mi celda, escuché fragmentos de su conversación con otro oficial. Hablaba con ese tono meloso que tan bien conocía, soltando risitas y comentarios que, aunque no podía entender del todo, parecían estar suavizando al oficial. No me extrañaría que estuviera intentando seducirlo también, pero esta vez no parecía funcionar tan bien. La Guardia Civil no era tan fácil de convencer como los policías del callejón.
    
    A las pocas horas, nos informaron que pasaríamos la noche en la comisaría y que seríamos procesados por la mañana. También me enteré de que habían contactado a Carmen, que estaba en el hotel, y que ya venía de camino. Mi estómago se retorció de puro pánico. ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo iba a explicarle que, en lugar de estar descansando en el hotel, había terminado en un aparcamiento follando con una desconocida y dos policías corruptos?
    
    Cuando amaneció, nos llevaron a una sala donde nos leyeron los cargos ...
    ... oficialmente. A Sandra y a mí nos acusaron de exhibicionismo público, un delito que, según el Código Penal español (Ley Orgánica 10/1995), podía acarrear multas o incluso penas de prisión de hasta un año, dependiendo de las circunstancias. Los policías, por su parte, enfrentaban cargos mucho más graves: abuso de autoridad y corrupción, lo que probablemente significaría el fin de sus carreras.
    
    Carmen llegó a la comisaría poco después, con los ojos rojos de haber llorado y una expresión que mezclaba furia y decepción. “¿Cómo has podido hacerme esto, Antonio?” gritó, mientras un guardia intentaba calmarla. No tenía palabras para defenderme. Lo único que pude hacer fue bajar la cabeza y murmurar un “Lo siento” que sabía que no serviría de nada. Sandra, que estaba a unos metros, esposada como yo, me miró con una sonrisa triste. “Lo siento, gordito. Parece que esta vez nos pasamos de la raya,” dijo, y por primera vez, vi un atisbo de arrepentimiento en sus ojos.
    
    El proceso legal fue rápido. Gracias a que no había menores involucrados y a que era mi primera ofensa, me libré de la prisión con una multa de 2.000 euros y una orden de no acercarme a Sandra. Los policías no tuvieron tanta suerte: fueron suspendidos de inmediato y enfrentaban un juicio que probablemente los llevaría a la cárcel. Sandra, por su parte, también recibió una multa, pero parecía más preocupada por cómo esto afectaría su reputación en Málaga que por el dinero.Carmen me pidió el divorcio esa misma semana. Volví a ...