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Caro de Ramos Mejía, 19 añitos
Fecha: 17/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... charla. -Sos muy linda Caro, lástima que no tengas unos años más… o yo unos menos – la pinché. -No me gustan los chicos de mi edad, son muy inmaduros – me contestó. -Yo ya estoy casi podrido de tan maduro – volví a tirar la caña entre risas. -No… vos estás muy bien, no te hagas el humilde… sos muy lindo además – me sorprendió. -No hace falta que mientas, me caes bien igual. -No te miento… sos lindo. Muy. -Bueno, que honor que me lo diga la más linda de la fiesta! – ataqué directo a la yugular. -Jajaja, gracias, ahora el que miento sos vos! – me chicaneo. La charla siguió entre risas, alcohol y miradas más que sugerentes… solo un rato más, porque ya no quería ni podía aguantarme las ganas de comerle la boca. -La verdad que me calentás mucho pendeja – se me soltó la cadena. -Ah sí!? Y que pensás hacer al respecto viejito!? – me dio pie. -Si fuera por mí te llevo allá atrás de esos árboles y te enseño un par de cosas… pero no sé si te la vas a bancar – jugué mi última carta. -Mmmm me parece que el que no se la bancaría es Ud. señor mayor – me dijo y me detonó la cabeza. La agarré de la mano y la llevé al rincón más oscuro de ese jardín. Nuestras bocas se buscaron inmediatamente. Nuestras lenguas se enredaron en un beso muy caliente. Mis manos buscaron sus muslos por debajo del vestido. En seguida subieron hasta su culo. Redondo, duro, un espectáculo de culo. Ella empezó a emitir gemiditos ante mis caricias y besos. No aguanté más y ...
... empecé a manosearle esas tetas increíbles. Ella incrementó los gemidos. Le corrí un bretel y empecé a lamerle su hermoso pezón. -Pará – me dijo – hay mucha gente, puede vernos alguien acá. -Yo no doy más pendeja, te quiero coger toda -escupí sin vueltas. -Vení, vamos adentro que conozco la casa. Me llevó hasta uno de los dormitorios. Entramos y cerró la puerta con llave. -Acá no nos van a molestar – me dijo con una voz y una mirada de puta que me dejaron la verga babeando. Nuevamente nuestras lenguas se trenzaron en lucha. Esta vez le bajé los dos breteles. Sus tetas eran una obra de arte. Le lamí bien despacito sus pezones rosaditos. Pude notar cómo se ponían duros dentro de mi boca. Ella empezó a darme besos en el cuello. Empezó a desprenderme los botones de la camisa, mientras recorría mi pecho y mi abdomen con sus besos. Me desprendió el cinturón y el jean, que cayó hasta mis tobillos. Me empujó de espaldas sobre la cama. Sacó mi verga del boxer y empezó a pasarme la lengua en la cabeza. Lo hacía muy bien. Iba con su lengua desde mis huevos hasta la cabeza, lamiendo todo el tronco. Sus tetas se bamboleaban asombrosamente. No iba a aguantar mucho, así que me incorporé y la puse a ella sobre la cama. Le subí el solero de manera que le quedó enroscado en la cintura. Tenía una bombachita blanca de algodón. Mi calentura subió a temperaturas infernales, me excitan mucho. La muy puta estaba completamente empapada. Le saqué la bombacha y con dos dedos le abrí los ...