1. Caro de Ramos Mejía, 19 añitos


    Fecha: 17/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... labios. Con la primera lamida que le di ella se retorció y gimió como si estuviera por acabar. Claramente se notaba que no había sido chupada muchas veces esa concha, o por lo menos no como se debía.
    
    Mi lengua subió, bajó, dibujó círculos en toda su vulva, para concentrarme finalmente en su clítoris. No soy un animal, pero puedo decir que estuve con una buena cantidad de mujeres a lo largo de mi vida. Y el clítoris que tiene Caro es pocas veces visto. A medida que se lo iba chupando, lamiendo, pajeando con mis dedos, tomaba dimensiones de locura, hasta quedar parado prácticamente como una micro pija. Los gritos de placer y la forma en que le temblaban las piernas me hizo entender que iba a tener un orgasmo antológico.
    
    -Te gusta puta?! – le grité casi.
    
    -Mmmmm si papi! – me dijo entre gemidos.
    
    -Querés que pare pendeja?
    
    -Noooo Tete, seguí…
    
    -No te escucho putita… qué querés que haga!? -provoqué.
    
    -Chupame la concha Tete! – suplicó.
    
    -Bueno pendeja, te la chupo, pero quiero que me acabes en la boca – le ...
    ... ordené.
    
    Caro se vino en mi boca entre grititos de placer y espasmos de todo su cuerpo.
    
    -Te gustó pendeja? – la encaré -Ahora vas a ser mía.
    
    -Mmmm si Tete, cogeme toda – dijo con un hilo de vos.
    
    Puse sus piernas sobre mis hombros y apoye la cabeza de mi verga contra su conchita, que era muy estrecha todavía. Ella tiraba la cabeza para atrás y no dejaba de gemir. La penetré sin contemplaciones. Por más que estaba muy húmeda, me costaba meterle mi pija en su conchita adolescente. Sus gemidos se convirtieron en pequeños gritos y caras de dolor.
    
    -Te gusta pendeja puta!? Te voy a abrir toda! – dije para tantear hasta dónde le dolía.
    
    -Si hijo de puta, abrime toda la concha! Cogeme toda! – gritó desbocada.
    
    ntre la calentura que yo tenía, los gritos de Caro, y lo apretada de su conchita, mi verga estaba por explotar. La saqué justo para que toda mi leche cayera en sus tetas y parte de su cara.
    
    Nos vestimos y volvimos a la fiesta. Nadie pareció notar nuestra ausencia. O sí, no sé… la verdad no me importaba. 
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