1. Decadencia filial: Un acuerdo inesperado (3)


    Fecha: 20/11/2025, Categorías: Incesto Autor: DeRelatos, Fuente: CuentoRelatos

    ... la raja del culo de su madre.
    
    —¡Vamos, desahógate conmigo!
    
    Manuel la inclinó sobre la mesada y aceleró las embestidas, esta vez frotando con más fuerza y velocidad hasta que en un último movimiento ascendente, salieron expulsados tres chorros de semen. Dos de ellos con tanta fuerza que cayeron sobre el cabello y la espalda de su madre. Un último, más rezagado, lo hizo sobre la banda elástica de la calza. Manuel tardó un momento en recuperar el aliento. Ella solo se reía por dentro.
    
    —Eso fue increíble, ¡eres increíble!
    
    Manuel le preguntó si podía hacerlo otra vez. Ella se rió y le contestó que, por supuesto, que esa era la idea, y que mientras estuvieran solos, él podía usarla y ver si así solucionaba su problema.
    
    Aún con una sonrisa en el rostro, Mariana miró a su hijo de arriba abajo, luego pasó la mano por su espalda y sacudió la cabeza al notar la mancha de semen que yacía en su camiseta. Manuel se disculpó y ella lo despeinó con un movimiento de su mano.
    
    —No te preocupes, cariño. La próxima vez lo haces en mi culo, ¿si?
    
    Le pidió que le diera un beso y desayunaron juntos.
    
    Ese día Manuel usó su culo tres veces más.
    
    Luego de terminar una de las dos siguientes ocasiones, Mariana le hizo saber a su hijo que se había puesto esa calza esperando que lo ayudara a ponérsela dura. Y, cómo no, si estaba tan pegada a su figura que la tela se perdía entre medio de sus nalgas, como si fuera una segunda piel. Además, al contrastar con la tenue luz del ...
    ... sol que entraba por las ventanas, el brillo del material hacía que el color turquesa de la prenda resaltara aún más, junto con las contracciones de los músculos de sus muslos y piernas que se marcaban al realizar el mínimo esfuerzo.
    
    En la última y cuarta vez, los dos estaban en el sofá, acurrucados, viendo un documental en la tele, mientras él apretaba con una de sus manos el culo de su madre, como si se tratara de un trofeo. Aunque él sabía que, si se estaba aprovechando de alguna manera, ella se lo reprocharía.
    
    —Mamá, una vez más, ¿si?
    
    Mariana le advirtió que era la última vez, y que en las siguientes oportunidades no debía esperar que lo hicieran tantas veces al día. Suspiró y miró a su alrededor para ver dónde podía colocarse. Al final decidió hacerlo directamente en el suelo. Se tumbó boca abajo con el culo levantado mientras su hijo se acomodaba detrás, muy entusiasmado. A Mariana, el hecho de que le manosearan las nalgas mientras él se excitaba, le resultaba muy halagador. Le estaba gustando ser deseada después de tanto tiempo. Definitivamente, estaba disfrutando de la virilidad de su hijo. Se consideraba afortunada por su tamaño, aunque no era para exagerar.
    
    Manuel le preguntó si podía tomar su cabello. Mariana hizo una pausa ante tal atrevimiento, pero al escucharlo decir que no le haría daño, acabó aceptando. Así lo hizo Manuel mientras se colocaba entre las nalgas de su madre. Ella giró la cabeza por encima del hombro para mirar su expresión de ...