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Decadencia filial: Un acuerdo inesperado (3)
Fecha: 20/11/2025, Categorías: Incesto Autor: DeRelatos, Fuente: CuentoRelatos
... excitación. Luego bajó la vista hacia su pene mientras él lo empujaba contra su culo. Ella no pudo disimular sorprenderse. Al ver el gesto de admiración de su madre, Manuel sonrió con descaro y le dio una fuerte nalgada, y otra más. Mariana notó que su hijo se encontraba muy exaltado, por lo que tenía que evitar que se saliera de control. Se lo hizo saber con la mirada. Sin pensarlo, le hizo un gesto con los labios y los apuntó con el dedo. Manuel se inclinó y la besó profundamente. Ella soltó un gemido mientras él aceleraba las embestidas. Al final, se separó de su madre para tomar aire, lanzó un gemido y volvió para besarla. —¡Voy a acabar! Manuel gritó y ella le recordó que debía hacerlo sobre su culo para no manchar la alfombra. Presionó profundamente y se tumbó sobre ella mientras volvían a besarse. Ambos gimieron juntos mientras él acababa. Manuel continuó bombeando casi involuntariamente mientras seguía expulsando semen. Rompió el beso para mirar el culo de su madre, todo mojado y manchado con su leche. Cuando volvió en sí, ayudó a su madre a levantarse y le comentó ...
... lo increíble que se veía con esa calza y lo suave que la había sentido. —Pues bien, tienes suerte de que esté a punto de lavarla. Los dos se reían mientras ella sacudía las nalgas y se daba una palmada. Manuel dirigió la mano hacia su pene al tiempo que le miraba el culo, los muslos y piernas manchadas en partes aleatorias, algunas más que otras. —¡No puede ser! La habitación se quedó en silencio mientras Mariana y Manuel se giraban hacia la derecha y veían a sus hermanas mirándolos perplejas. Carla les gritaba a los dos diciéndoles que esa mañana había enviado un mensaje a su madre para avisarle de que iban a volver a casa ese mismo día. —Obviamente no has leído el mensaje. Estabas demasiado ocupada dejando que tu hijo te folle por el culo. ¿Pero qué mierda le pasa a esta familia? Carla se fue furiosa a su habitación y se echó a llorar; Paula, por su parte, no dijo nada, solo miró detenidamente a su madre, luego a su hermano, sacudió la cabeza y se fue cerrando la puerta. —No te preocupes, Manuel. Hablaré con tus hermanas e intentaré que el acuerdo siga en pie.