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Ser dependiente de una sexshop - 2
Fecha: 21/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: secre, Fuente: TodoRelatos
Yo soy Álvaro, un hombre de 50 años que trabaja en un sex shop. La mayor parte de nuestras ventas las hacemos por internet, pero también tenemos una pequeña tienda física. La tienda, aunque no muy grande, estaba meticulosamente organizada con estanterías llenas de artículos que iban desde lencería seductora hasta juguetes sexuales de última generación. La mayoría de sus ventas se realizaban a través de su sitio web, pero la tienda física seguía siendo un punto de encuentro para aquellos que preferían la experiencia de ver y tocar los productos antes de comprarlos. Un día, mientras atendía la tienda, la puerta se abrió y entró una chica joven, de unos 20 años. Su apariencia era la de alguien que había decidido dar un paso audaz fuera de su zona de confort. Llevaba una mochila colgada al hombro y sus manos jugaban nerviosamente con el asa. Al entrar, sus ojos se abrieron de par en par, reflejando una mezcla de curiosidad y timidez. Se movía con pasos cautelosos, como si cada paso pudiera revelar algo nuevo y emocionante, pero también potencialmente incómodo. Comenzó a deambular por la tienda, sus ojos recorriendo las estanterías con una mezcla de asombro y desconcierto. Se detuvo frente a una sección de lencería, pasando los dedos por las delicadas telas de encaje y satén. Su rostro se sonrojó ligeramente. He de admitir que disfruté un poco observándola desde el mostrador, noté cómo su respiración se aceleraba. La chica parecía estar en un estado de indecisión, como si ...
... no supiera por dónde empezar. Luego, se dirigió a una estantería llena de juguetes sexuales, donde sus ojos se detuvieron en un vibrador de diseño ergonómico. Lo tomó con cuidado, como si fuera un objeto frágil y precioso, y lo examinó con una mezcla de fascinación y nerviosismo. Con experiencia en la reacción de los primeros visitantes, le dio su espacio, pero desde el mostrador le comenté: -Necesitas ayuda, ¿buscas algo especial? Escuché atentamente mientras la joven explicaba su búsqueda, su voz ganando confianza a medida que hablaba. "Es mi primera vez en un sex shop," admitió, con una mezcla de nerviosismo y determinación en su tono. "Busco un dildo doble, uno que tenga dos cabezas." Asintí, en mi mente pensé con una pizca de humor, "No es necesario que lo jures." De mietras seguía con una expresión neutral y profesional, dejandola dos o tres baldosas de distancia, listo para ayudarla. Dejar espacio libre ayuda a tranquilizar a los clientes indecisos. "Entiendo," respondí y me dirigí hacia una sección específica de la tienda. "Tenemos una variedad de dildos dobles que podrían ser lo que buscas. Ven, te mostraré algunas opciones." La chica lo siguió, sus pasos más seguros ahora que tenía un guía. Álvaro se detuvo frente a una estantería que mostraba varios modelos de dildos dobles, cada uno con características únicas. "Estos son algunos de los más populares," explicó, señalando cada uno. "Tienen diferentes tamaños, formas y materiales. Algo que la gente ...