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El Jardinero Final
Fecha: 22/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos
... su figura bastaba para hacerle latir el corazón con fuerza. El vestido que había escogido esa mañana, de tela ligera y ajustada a su figura, parecía haber sido elegido inconscientemente para la ocasión. Ya no era una simple prenda de día; ahora era una herramienta, una extensión de su deseo, un símbolo de la Anne que deseaba ser. Con un último vistazo al reloj, sabiendo que tendría varias horas antes del regreso de su esposo, salió al jardín. El aire fresco le golpeó el rostro, pero no fue suficiente para calmar la agitación que sentía en su interior. Mientras avanzaba, sus pasos eran decididos, pero había algo en su andar que delataba la mezcla de nerviosismo y expectación. No sabía exactamente lo que iba a decir, pero sabía que tenía que verlo, que tenía que sentir su cercanía. Michael, como siempre, estaba de espaldas, concentrado en su trabajo. Su musculatura se marcaba bajo la camisa que llevaba remangada, y Anne no pudo evitar fijarse en cómo sus manos fuertes se movían con una destreza que hacía que todo en su interior se encendiera. Cuando llegó hasta él, su sombra lo cubrió ligeramente, haciéndolo girar para verla. —¿Señora? —dijo él, con ese tono respetuoso que utilizaba siempre, pero que Anne sabía que escondía algo más. Algo que ambos conocían muy bien. Ella tragó saliva antes de hablar, intentando controlar la tensión en su voz. Sabía que cualquier vacilación podría delatarla, aunque de alguna manera, ambos ya sabían lo que estaba sucediendo ...
... entre ellos. —Michael... —susurró, sintiendo que sus labios se secaban al pronunciar su nombre—. ¿Necesitas algo de mí? La pregunta, en apariencia inocente, llevaba una carga evidente. Anne lo sabía, y estaba segura de que él también. Había algo en la forma en que sus ojos se cruzaron, en la manera en que la respiración de Michael pareció cambiar apenas perceptiblemente. Un destello de algo oscuro y primitivo brilló en sus ojos, aunque su rostro seguía manteniendo esa máscara de respeto que Anne había visto muchas veces. Michael la miró en silencio por un momento, observando sus labios, su cuello, y finalmente sus ojos. Luego, dejó las herramientas que tenía en las manos y se acercó un paso más a ella. La tensión en el aire era palpable. Podía sentir su calor, podía oler el leve aroma de tierra y trabajo duro en su piel. —¿Algo de ti, señora? —repitió él, con una pequeña sonrisa que no alcanzaba a sus ojos, pero que sugería un entendimiento tácito. El tono de su voz, bajo y grave, hizo que un escalofrío recorriera la columna vertebral de Anne. ¿Hasta dónde estaba dispuesta a llegar? ¿Cuánto deseaba de él en ese momento? Las palabras habían salido de su boca sin pensar, impulsadas por el ansia que crecía dentro de ella, pero ahora que estaba frente a él, sentía la magnitud de lo que realmente significaban. Ella humedeció sus labios y asintió, dejando que la pregunta quedara en el aire, flotando entre ambos como una invitación que no necesitaba ser pronunciada en ...