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Mi primer anal
Fecha: 23/11/2025, Categorías: Anal Autor: LauJo, Fuente: CuentoRelatos
La historia fue con un ex, que estuvimos de novios oficialmente casi un año. Sergio venía a mi casa yo a la de él. Teníamos mucho sexo, todas las veces que podíamos. Yo a esa altura ya había tenido muchas aventuras con chicos y chicas. Él solo con una ex. Pero ninguno de los dos habíamos practicado sexo anal. A medida que fue pasando la relación el sexo era más fuerte, más jugado. Él cada mes que me practicaba oral, metía sus dedos en mi concha, e intentaba con mi cola, sin lubricar que estaba apretada, cerrada, no consiguiendo nunca atravesar mi esfínter. Cada vez su pedido era más enérgico para que yo dejara penetrar mi cola. La idea me gustaba, pero no me podía relajar para abrir y dejar que entre su dedo. En casa empecé a practicar mientras me masturbaba a penetrarme sola con mi dedo, primero con saliva y después con lubricante, me di cuenta que me gustaba, que con lubricante era más fácil. Una noche mientras me chupaba la concha (cosa que le encantaba y lo hacía muy bien), intenta con su dedo y le propongo que lo haga con mucha saliva para lubricar. Fue la primera vez que logro atravesar mi cerradito culito. Mi placer fue total, sentí poquito dolor, pero el placer fue tanto que no le di nada de importancia. De ahí él empezó a insistir en dármela. Y yo a desear que me la ponga. En esa fecha teníamos planeado irnos de vacaciones a las montañas de mochileros, dormir en carpa. Yo tenía un lubricante que usaba para poner mis tampones y cada vez que me ...
... masturbaba penetrando mi cola. Así que lo lleve conmigo. Llegamos, nos instalamos en el camping. No cerca de ninguna otra carpa. Durante el día recorríamos mucho, caminábamos, llegábamos muy cansados. Pero a la noche y a la mañana mucho sexo. El segundo día, llegamos a la tardecita y teníamos una carpa instalada bastante cerca, eran unos chicos. Eso no modifico nuestros planes de sexo por la noche, Sergio empezó besándome y acariciando mi cuerpo, con su pene prisionero entre mis piernas, perfectamente lubricado con todos mis jugos, comenzó a moverse frotándolo de arriba para abajo sin nada de dificultad, como juego previo, y yo ya estaba “en mi punto”; loca por el deseo y entregada a mis instintos, mi mente y mi cuerpo ya se encontraban totalmente a su merced, con su mano empieza a frotar mi ano haciendo que arqueara mi espalda y parara aún más mis nalgas, mientras me sigo moviendo sobre él. Así que, con la voz más dulce y sexy, le dije que lo hiciera, que entrará en mí, que me hiciera suya, pero parecía no escucharme. Le tuve que repetir, que quería que lo intente por el culo, que traje lubricante para eso. Me baje, saque del bolso mi lubricante me puse de cucharita, puso otra vez su mano en mi pubis y metió dos dedos en mi vagina contra él; inevitablemente me arrancó unos gemidos, pero no era suficiente, quería sentirlo a él, aunque en este momento y con casi nada ya estaba a punto de llegar a un orgasmo, en otro momento hubiera tomado la situación en mis manos me hubiera ...