1. Consolándome con mis compañeros de estudios (1)


    Fecha: 24/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Daniela, Fuente: CuentoRelatos

    ... logró terminar la carrera, yo a los 18, abandoné mis estudios.
    
    Cuando volvía a la dirección escolar para plantearle al director la necesidad que tenía, me quedó viendo sin dar crédito a lo que oía:
    
    —Danielita, esta casa escolar está a su disposición, y yo también… —dijo sin dejar de verme en forma lasciva y sugerente.
    
    —Gracias profesor, créame que no me daré por mal agradecida… —dije coqueta.
    
    —Solo hace falta que usted haga un examen… Digo, para evaluar como anda de actualizada…
    
    —¡Ay profesor!… ¿Cree usted que es necesario?…
    
    —Humm… Déjeme ver que puedo arreglar con el subdirector Martínez… —
    
    —¿Sigue aquí?…
    
    —Y aquí se morirá, igual que yo…
    
    —Está bien…
    
    —Daniela, usted me volverá loco a todo el plantel—dijo asomando la vista para ver mis ricos muslos que escasamente ocultaba mi minifalda…
    
    —¡Ay profesor, no es para tanto!…
    
    —¿Qué no?… Tiene usted unas piernotas, unas… Bueno, usted lo sabe bien, solo le pido que mantenga la distancia con sus compañeros para que no se suscite ninguna falta de respeto hacia su persona… No sabe la clase de bichos que tenemos aquí.
    
    —Lo tendré en cuenta maestro… —dije levantándome para salir.
    
    —¡Ah, y de vez en cuando, visíteme!… Mujeres como usted, siempre le alegran el corazón a pobre viejos como yo.
    
    —Vendré a verlo, lo prometo —mi contoneo de nalgas no pudo ser más sensual, pues sabía que su mirada esta fija ahí, sí, ahí donde tanto me gusta tener una verga.
    
    No hacía mucho que había dejado ese plantel, y ...
    ... me parecía todo muy cambiado. Ese olor característico que desprenden las aulas, y en cada rincón, un recuerdo… Evoqué a Mariana, a Gabriela, a Paty, a Fernanda… “La quinta de Beethoven”, nos decían porque éramos las más sonadas, las putonas más calientes y más entronas. Las que vestíamos más a la moda, más sexys; y por qué no decirlo, las más sabrosas. Les perdí la pista y no supe más de ellas…
    
    Después que me familiaricé con mis nuevos compañeros, acostumbrábamos a reunirnos en la cafetería de la escuela, donde el calor era menos intenso y podías echar más desmadre. Mis compañeras de grupo estaban en examen, el cual yo ya había terminado, así que sin pensarlo fui a la cafetería y pedí un refresco. Me senté y al hacerlo no tuve cuidado de tal forma que mi falda —de por si corta como era mi costumbre— se me subió más de la cuenta, mostrando mis ricas piernas.
    
    Muy quitada de la pena abrí mis muslos para sentir algo de frescura en mi rajita apenas cubierta por una tanga transparente, mientras mis senos sin brasier dejaban ver mis pezones punteando bajo la tenue tela de mi blusa. Sin darme cuenta llegó uno de mis compañeros con el cual yo no había intercambiado más que saludos, de hecho yo no hacía mucha relación con los chicos y ellos tampoco conmigo pues sabían que yo era casada y mayor que ellos, sus ideas me parecían infantiles y esto provocaba que no me interesaran.
    
    Tenía compañeras desde luego, pero también muy jovencillas, eso no quiere decir que yo me considerara ...
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