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Consolándome con mis compañeros de estudios (1)
Fecha: 24/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Daniela, Fuente: CuentoRelatos
... me iba también, así junto con Martín y Víctor bajamos al estacionamiento. Lupe y Adrián subieron al auto de él y yo a punto de subir al mío fui detenida por Martín: —Espérate Daniela, Víctor y yo te queremos pedir algo, pero espérate a que ellos se vayan… —miré a Víctor y me hizo una seña mientras Martín me tenia tomada del brazo. Hice que abría mi auto mientras Adrián y Lupe se retiraban, apenas se habían perdido cuando Martín me abrazó y me besó en la boca, al mismo tiempo Víctor se me acercó por detrás y subiéndome la faldita metió sus manos y me agarró las nalgas que yo traía desnudas, amparados en la semipenumbra del estacionamiento. Martín aprovechó para subirme la blusa y sacándome las tetas me las chupó, por su parte Víctor se agachó detrás de mí y empezó a separarme las pompas metiendo su lengua entre el canal que me las divide hasta que sentí su lengua en mi culito y de allí a mi panochita mojada… Jadeé desesperada pues estaba caliente, sin embargo intenté apartarme pero entre los dos me sujetaron y ya no pude, en parte por lo rico que sentía y en parte por su fuerza al tenerme así atrapada: —¡No, por favor déjenme!… —No te preocupes mamita, ¡te daremos rico los dos!… —me dijo cínicamente Martín. —Pero… Lupe y Adrián, ¡ellos se pudieron dar cuenta!… —Ya te dije que no te preocupes, por Adrián no hay pedo y a Lupe ya nos la hemos cogido los tres… —yo me quedé sorprendida al escuchar esto. Entonces me dijo Víctor hablándome por atrás. —Y ...
... estamos de acuerdo, hoy te toca a ti con nosotros… —¿Qué les pasa?… ¿Cómo crees que lo haré?… Soy casada… —Pues ahora te chingas… A las buenas o a las malas pero hoy nos das las nalgas… Ven, vamos a la casa allí estaremos mejor… —Además, ni que fueras virgen, ya estarás bien bombeada por tu marido y se te nota que te gusta la verga… —dijo su amigo. —No te hagas pendeja, si eres bien puta… —volvió a decir Víctor. Prácticamente me arrastraron hacia el elevador, y al entrar a la casa me sorprendieron abrazándome los dos de inmediato, entonces me dijo Víctor: —Ahora nos vas a bailar pero como una puta, como si fueras una putona de tabledance y te vas encuerando o te parto tu madre a chingadazos por puta… —No mames güey no la amenaces, es mejor que ella lo haga como quiera… —dijo Martín como defendiéndome. Yo estaba muy desconcertada, nunca pensé que mis compañeros fueran así de perversos, pero al mismo tiempo muy caliente, aún contra mi voluntad. Vino así Martín y me dio otro trago, me lo tomé de un jalón y entonces lo hice. Me acerqué a la mesa de centro de la sala y subiéndome empecé a bailar al ritmo de la música que había puesto ya Víctor; con ritmo moví mis nalgas como había visto en las películas, creo que estaba más bebida de lo que yo misma creí, pues al estar bailando me calenté mas y empecé a imaginarme como una puta de antro en verdad… Los dos chicos me veían y se sonreían. Bailé arremangando mi minifalda, dando suaves vueltas en torno a la ...