1. La super mami 1


    Fecha: 26/11/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Alonso torre, Fuente: TodoRelatos

    Escena 1: El viaje en autobús
    
    El autobús traquetea por la carretera costera, con el sol de la tarde tiñendo el cielo de un naranja cálido que se refleja en el mar. Las olas rompen suaves a lo lejos, y el aire huele a sal, aunque las ventanas estén cerradas. Estoy sentado en el asiento del pasillo, con mi mochila en las piernas, echando un ojo a Sofía, que está pegada a la ventanilla, con su celular en alto, capturando cada detalle del paisaje como si fuera una influencer en una misión sagrada.
    
    —¡Mira esa gaviota! —exclama Sofía, emocionada, disparando otra ráfaga de fotos—. Esto va directo a mi Insta. “Atardecer vibes, rumbo a la fiesta del año”. ¿Qué tal el caption?
    
    —Sof, la fiesta del año va a ser literalmente nosotros cuatro, mi mamá, Marlene y, con suerte, esa pareja de la uni, los novios esos… ¿cómo se llaman? —le digo, medio riendo, medio suspirando—. No te emociones tanto.
    
    Sofía se gira, su coleta rebotando, y me lanza una mirada de fingida indignación.
    
    —¡Oye, no subestimes! Seis personas es una multitud si sabes cómo documentarlo. Además, es tu cumpleaños 18, ¡es épico por definición! —Vuelve a la ventanilla, ajustando el filtro de su foto—. Ya verás, voy a hacer que esta fiesta parezca Coachella en mis stories.
    
    En el asiento de enfrente, Dany está hundido en su Nintendo Switch, con los audífonos puestos y los pulgares moviéndose a mil por hora. Sus bíceps, que gritan “vivo en el gimnasio”, tensan la manga de su camiseta. De vez en cuando suelta un ...
    ... “¡toma, perdedor!” al juego, ignorando por completo el paisaje. Le doy un codazo suave en el respaldo.
    
    —Dany, ¿vas a jugar todo el camino o qué? Mira el mar, hombre, es poético.
    
    Levanta la vista, apenas, y gruñe.
    
    —El mar no me da XP. Y estoy a punto de subir de nivel. Déjame en paz, cumpleañero.
    
    Sofía suelta una risita y apunta su celular hacia Dany. —Sonríe, gamer, que esto va para el carrete de “Dany siendo Dany”.
    
    —¡No me grabes, Sof! —protesta, cubriéndose la cara con una mano, pero se le escapa una sonrisa.
    
    Mientras tanto, Matías, sentado a mi lado, está perdido en su mundo. Tiene un cuaderno abierto sobre las rodillas, garabateando lo que seguro es otro poema cursi para mi mamá. Su cabello desordenado le cae sobre los ojos, y suspira como si estuviera en una telenovela. En serio, este tipo es un cliché andante. Echo un vistazo a su cuaderno y veo las palabras “Sandra” y “estrella” en la misma línea. Pongo los ojos en blanco.
    
    —Mati, ¿otro poema? —le digo, en tono de burla—. ¿Qué sigue, le vas a mandar una paloma mensajera?
    
    Se sonroja hasta las orejas y cierra el cuaderno de golpe.
    
    —No es para tu mamá —miente, pésimo, mientras se ajusta las gafas—. Es… arte abstracto.
    
    —Ajá, claro. —Me río y le doy una palmada en el hombro—. Recuerda nuestro trato: nada de ser el novio de mi mamá hasta que seas químico farmacéutico millonario. ¿Cómo va ese imperio farmacéutico?
    
    Matías suspira, dramático, y mira por la ventana.
    
    —Estoy trabajando en ello. ...
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