1. Follada por mi esposo y dos amigos de él


    Fecha: 02/12/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Sarah Dafne, Fuente: CuentoRelatos

    ... estar bien. ¿Sí puedes comportarte como una zorrita?
    
    La palabra me erizó el vello del cuerpo. Siempre me ha gustado que los hombres me deseen y que a la misma vez me traten como a una zorra. Cuando voy en el metro o me subo a algún autobús, me gusta sentir cómo se le quedan viendo a mi culito o a mi coñito, pues normalmente procuro que mi parte íntima se marque en mi pantalón. Me gusta rozar mi trasero con cualquier extraño y a veces que por “accidente” sus manos o codos golpeen con mis senos.
    
    Santiago y Marcos tomaron la iniciativa de acercarse a mí mientras mi esposo se servía una copa de vino y se sentaba a observarnos. Ambos hombres me llevaron a la cama y fue Marcos el que comenzó a quitarme la bata azul. La tela se deslizó y cayó en el suelo, seguido de eso, mi cuerpo se quedó totalmente descubierto.
    
    Ambos hombres me miraron sonriendo mientras me tocaban; Santi me pasaba sus dos manos alrededor de mi cintura y mi culo, y Marcos me envolvía los senos. Continuaron un buen rato acariciándome, y cuando llegué a cerrar los ojos, uno de ellos me golpeó el culo tan fuerte que el sonido resonó en toda la habitación.
    
    Entre los dos me llevaron a la cama y me hicieron subirme a ella de rodillas. Me acariciaban el culo y fue entonces que notaron el dilatador porque golpearon la piedrita verde con un dedo.
    
    Comencé a gemir y llevé una de mis manos hasta mis nalgas para abrirlas y mostrarles mi conchita que se llenaba de jugo. Después me senté y Santi regresó a mis ...
    ... senos, los apretó y pellizcó por encima de la tela, tomó el borde inferior y lentamente comenzó a bajarla hasta que mis pezones, duritos y rositas quedaron descubiertos, seguido se inclinó y empezó a pasarme su rica lengua sobre mi pezón.
    
    —¿Te gusta? —movía su lengua rápidamente arriba y abajo.
    
    —Sí —sonreí. El simple hecho de que mi esposo nos estuviera viendo ya me dejaba muy caliente.
    
    Marcos me sujetó del cuello y me besó en la boca, ahogando mis gemidos de sentir a Santiago chupándome los senos.
    
    —Ven, nena, vamos a chuparte ese coñito —Marcos me ayudó a sentarme en la orilla de la cama y me retiró la tanguita, la cual estaba empapada.
    
    Yo misma me abrí de piernas para que ellos pudieran ver mi conchita mojada y el dilatador que seguía en mi culito.
    
    Santi fue el primero en arrodillarse y en darme el primer lengüetazo. Me pasó su lengüita arriba y abajo y después me la metió en mi hoyito. Yo seguí gimiendo, cada vez más y más fuerte mientras Marcos me ayudaba a sostener mis piernas en alto. Después también él se arrodilló y me chupó la campanita.
    
    Sentí bien rico y procuré abrirme más para que sus lenguas entrasen hasta el fondo. De pronto, sentí como alguien me retiraba el dilatador y procedía a chuparme el ano. Ya para este momento estaba gimiendo tan fuerte que los ojos se me llenaron de lágrimas. Tenía a dos hombres lambiendo mi coñito mojado y mi ano.
    
    Keev dejó su copa y se acercó a nosotros. Al llegar, me pidió que me arrodillara en el suelo y yo lo ...