1. El tendero la tenía de burro


    Fecha: 06/12/2025, Categorías: Transexuales Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... curiosidad científica, vaya, vaya, pero sólo un momento, ¿eh?, miren ya saben que al fondo de la casa está la bodega de la casa de sus abuelos ¿eh?, está abierta, vayan para allá y procuren que nadie las vea, ¿eh?, al ratito las alcanzó… y a propósito, ¿quiénes tienen esa… curiosidad científica?, ¿eh?
    
    P: Nada más yo, Bárbara y Fanny, sólo las tres.
    
    Respondí con ciertos nervios, y minutos después sigilosas caminábamos con disimulo hacia la bodega, luego don Javier dijo en voz alta a mis tíos que se estaban encargando de la carne:
    
    J: don Hugo, voy a la bodega por más carbón para el asador ¿eh?
    
    Mi borracho tío jamás sospecho lo que su hija Bárbara y sus 2 sobrinas estaban por conocer, solo asintió empinando su vaso de ron con coca y don Javier se dirigió al sitio que nos había indicado. Cuando don Javier entró a la bodega reinaba el silencio y la parcial oscuridad, caminó entre cajas y muebles viejos hasta el fondo, justo a donde estábamos las tres jovencitas, de pie, nerviosas y en actitud expectante lo esperabamos, entonces nos dijo:
    
    J: Con que curiosidad científica eh? ¿con que quieren saber por qué me dicen el burro eh?, a ver, a ver, vamos a ver niñitas curiosas!
    
    Don Javier se detuvo ante nosotras que no movíamos un músculo, nos miró a los ojos, estábamos temerosas, quietas y casi temblando, y con lentitud pasmosa bajó el cierre de su pantalón de vestir y de entre la tela blanca de algodón de su boxer fue sacando su gigantesco miembro, despacio, ante ...
    ... nuestras jóvenes y ansiosas miradas, hasta que el enorme pene, parcialmente flácido, muy moreno y en definitiva, muy grueso, quedó por completo a la vista, en ese momento el "aaah" en conjunto que exclamamos por la sorpresa las 3 primas resonó en la silenciosa bodega, y don Javier así se quedó, con la verga de fuera, colgante, mediría sus 15 centímetros, pero estaba dormida, flácida. La expectación fue rota por este hombre que con su barra de carne bien merecido tenía el apodo de “el burro”, que con gesto de orgullo en la cara tomó su virilidad con la mano derecha y comenzó a balancearlo frente a nosotras, al mismo tiempo que nos pregunto:
    
    J: Y bien, niñas? Ahora ya saben por qué me dicen el burro, a ver digan, qué opinan.
    
    Nosotras no salíamos de nuestro asombro, hasta que yo logré articular un par de palabras apenas y sin dejar de admirar está rareza de la naturaleza masculina, dije:
    
    P: Ay don Javier!, ¡con razón le dicen el burro!, ¡está enorme su… cosototota!!!
    
    J: Y necesitas verla totalmente despierta niña Paulina!!! Mi niñote esta dormidito, ¿eh?
    
    Respondió el señor, orgulloso de su verga. Aquello despertó la ansiedad de Bárbara, que dijo:
    
    B: Dormida? ¿dice que está dormida?, ¡pero eso ya esta muy grande!, ay don Javier!! Mire nomás que cosota, y…
    
    Mi prima Bárbara no pudo terminar la frase, pues ante nuestros cachondos ojos “el burro” empezó a frotarse su vergota, con lentitud, con suavidad, ante nosotras que disfrutabamos del erótico espectáculo, hasta ...
«1...345...9»