1. El tendero la tenía de burro


    Fecha: 06/12/2025, Categorías: Transexuales Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... entre la ropa su verga monstruosa, prieta, casi negra, muy gruesa, olorosa a hombre, pero flácida, colgante y mustia.
    
    Levante mi cabeza para mirar una última vez a don Javier, como buscando su aceptación, la cual me llegó en forma de una pícara sonrisa, para enseguida tomar con ambas manos la gorda verga del viejo burro y con amorosos gestos hacer que reaccionara, no era nueva en esta arte de mamar vergas, sin embargo, está me causaba respeto, en aquel momento andaba con un chavo que me gustaba mucho, pero sexualmente me dejaba a medias, así que en ese momento tener la oportunidad de satisfacer mi parte femenina con una verdadera vergota de este macho maduro era un sueño para mi lívido que iba en aumento, comencé a acariciar con ternura y suavidad el tronco prieto.
    
    Luego la levante con ambas manos, pues debido al peso de la masa muscular de este gordo miembro quedaba de manera cabizbaja aún cuando la sangre estaba ya bombeando a su máxima capacidad, fue entonces cuando tuve de frente a esa gordisima verga y con un gesto casi místico, como rezando ante una imagen religiosa, lleve la cabezota a mis labios carnosos y suspirando, le di un beso tierno, luego comencé a besar de manera golosa toda la extensión del tronco de la larga verga de don Javier, quien con ojos sorprendidos me miraba atento pues en verdad creo que no esperaba que yo supiera mamar verga de la forma en que lo estaba haciendo, y en verdad que mi deseo era darle una mamada para el recuerdo a su "niñote" ...
    ... como don Javier le decía a su inmenso atributo masculino.
    
    Así que me tome mi tiempo para satisfacer a este macho con mis labios cuando decidí posarlos con suavidad sobre la inflamada cabezota, mire para arriba para deleitar mis ojos con los gestos que don Javier el burrote dibujaba ante mis caricias, enseguida abri lo más que pude mi boca para rodear la circunferencia de la verga ya erecta y comenzar a lamer, succionar y mamar el monumento de verga que tenía ante mi, y pasaron los minutos más agradables para mí en aquella tarde, en tanto que don Javier se abandonaba al placer que recibía, permitiéndome jugar con su virilidad y disfrutarla, aferrado con las manos a las cajas de cartón en las que estaba recargado, suspirando y gozando, entregándose a mi.
    
    Y cuando don Javier suspiraba sintiendo que su corrida era inminente, suspendí mis eróticas y sensuales caricias, entonces me puse de pie, me gire y dándole la espalda me incline un poco sin soltar la vergota de don Javier que mantenía aferrada con una mano, con la otra levante mi falda que llevaba ese día, mostrandole mis nalgotas enfundadas apenas en mi diminuta tanga que casi era tragada por las redondas protuberancias femeninas que la vida me regaló, en esta posición restregaba la verga morena y dura como el fierro por todo mi culo, entonces le dije:
    
    P: Ahora mi don burrito, vamos a jugar un poquito, ya que tengo hambre y usted… está más que puesto para darme lechita, verdad?
    
    J: No sabía cómo pedirtelo pequeña ...
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