1. Complaciendo a mi Madre


    Fecha: 12/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Eaby09, Fuente: SexoSinTabues

    ... pregunté sobre algunos señores que –en distintos momentos- supuse sus amantes. Ella, con su habitual velocidad mental, salió fácilmente del paso quitándole toda trascendencia a las relaciones mencionadas. Nuestras rodillas, de vez en cuando, chocaban bajo la mesa y yo –en principio- solo atinaba a retirar las mías. En una oportunidad, no las alejé e hice presión sobre sus muslos para intentar profundizar el contacto, a lo cual accedió momentáneamente, para replegarse. Miré fijamente su rostro y noté una sonrisa pícara bailando en sus labios. De pronto, el volumen de la música subió y dos o tres parejas encararon decididamente hacia una pista del baile que, hasta el momento, nos había pasado inadvertida quizás por su oscuridad. –“Mi amigo no me había comentado que aquí se baila”-, dijo. –seguro que se le ha olvidado. A propósito, kevin…¿cómo te llevas vos con el baile? La miré a los ojos y le contesté: -“Más o menos, soy bastante tronco, pero con esta música lenta seguro me las arreglo. Con karla –mi ex novia- salíamos seguido a bailar, y tenía que cumplir”-. Se paró, me tomó de la mano y llevándome hacia la pista, me dijo: -“Vení, vamos a probar. Tal vez sea una buena maestra para vos…”-. Nos paramos frente a frente. Comenzamos a movernos a un ritmo superior al que proponía la música, bastante separados. Mi brazo derecho ceñía tímidamente su talle y su mano izquierda se posaba en mi hombro como para mantenerme a distancia. Esto me hizo sentir molesto. Ella pareció notarlo, ...
    ... sonrió y recostó su cabeza sobre mi pecho, oprimió mi mano y me acarició suavemente la nuca al tiempo que decía: -“Esto se baila así…más apretaditos, Dejémonos llevar”-. Sentí en mi pecho el contacto con sus pechos y no pude evitar que mi miembro despierte del letargo. Apoyé mi mano en su espalda y la apreté más contra mi cuerpo para sentirla plena y vibrando. Ella amagó a detenerme con su mano en mi pecho, pero se detuvo y comenzó a moverse muy insinuante, pegadita a mi cuerpo. La sensación de sus tetas palpitando sobre mí era fascinante y mi mano –quizás en una actitud refleja- principió a acariciar suavemente su espalda desnuda. -“kevin, kevin”-, susurró-, -“kevin, portate bien, bebé”-, dijo, pero no se separo de mí ni un palmo. Solté su mano, y llevé la mía hacia su cintura para, junto con la otra, incrementar la presión y arrimarla contra mí. Su mano, ya libre, fue hacia mi cuello y se enlazó con la que tenía en mi hombro. Su rostro estaba muy junto al mío y sentía que su aliento me quemaba. Mis manos oprimieron su talle pegando su sexo al mío. Mi pierna derecha forzó a sus muslos a franquear el paso y sintió el miembro erecto de su hijo establecer contacto con su sexo ardiente. No dijo nada, solo sentí que sus dedos ejercieron mayor presión sobre mi cuello y que sus lolas comenzaron a refregarse contra mi pecho. Mi calentura comenzó a tornarse inconmensurable. Mi pija crecía incesantemente y ella la sentía, sobre la ropa, moverse en su entrepierna. -“kevin”-, musitó. ...
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