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Por fin solos (1 de 2)
Fecha: 10/12/2025, Categorías: Incesto Autor: Mdiazfreire, Fuente: CuentoRelatos
... encantaba sentir que ella solita era capaz de ponerle así. Que sólo con su cuerpo, y su belleza, era capaz de hacer que una persona llegara hasta el punto de cometer incesto, de querer follar con su propia hermana. Entonces vio que Raúl se inclinaba sobre ella, apuntando su mástil hacia la entrada de su coño. Abrió un poco más sus piernas y por fin, volvió a sentir cómo esa verga se abría paso en su interior. Se sintió feliz, colmada. Raúl le agarró las tetas y empezó a meter y sacar rítmicamente, con fuerza. El placer era indescriptible. Ambos empezaron a gemir, esta vez sin miedo, sin tener que ahogar los gemidos en la boca del otro. Sara abrazaba a su hermano con las piernas, rodeando su cintura. Éste todavía tenía puesta la camiseta, pero poco importaba. Se dedicó durante muchos minutos al bombeo constante dentro del coño de su chica, mientras se robaban húmedos besos el uno al otro. A Sara casi le dolían las tetas de la presión de las manos de Raúl sobre ellas. Le dijo que parara un momento, tras lo cual se levantó y se dirigió a su habitación, llevando a su hermano de la mano. Ahí estaban más cómodos, y además habían podido recuperar un poco el aliento. Sara se subió a la cama y se puso a cuatro patas, exponiéndose totalmente a la voluntad de su hermano. Sin hacerse esperar, éste se puso detrás y volvió a penetrarla por el coño. Con una mano se apoyaba en la cama y con la otra acariciaba los senos de Sara, que colgaban sensualmente hacia abajo y se movían con ...
... cada envión de Raúl. Sara ya no gemía, sino que chillaba de placer. Quería correrse, pero a la vez no quería que esto acabara. A Raúl ya se le empezaban a escurrir gotas de sudor, que caían sobre el pelo y la espalda de su hermanita. Entonces dijo, no sin esfuerzo: “Me corro, Sara…” “Espera… así no, espera un momento”, respondió ella. Raúl tuvo que poner toda su fuerza de voluntad para sacársela en el mejor momento. Sara simplemente se dio la vuelta, se tumbó boca arriba y le invitó de nuevo a metérsela: “Quiero que nos miremos a los ojos cuando lleguemos al orgasmo, cariño” Raúl se la introdujo de nuevo apresuradamente, follándola salvajemente, buscando vaciarse dentro de ella. Sus bocas se buscaban ansiosas, chupándose y lamiéndose, más que besándose. Finalmente, Sara sintió la leche de Raúl en sus entrañas, momentos antes de conseguir ella su orgasmo. Se miraron a los ojos sonriendo, mientras disfrutaban de las sensaciones del orgasmo. Un buen rato después de terminar, aún seguían tumbados recuperándose del esfuerzo realizado. Finalmente habló Sara: “Madre mía, ya son las nueve… hemos debido de estar dos horas follando…” Raúl se rio, “Bueno, ¿qué te apetece hacer?” “Podemos ver una peli en mi ordenador, aquí los dos en mi cama”, dijo Sara. “Genial” Sara se fue a la cocina y al rato volvió con unos sándwich y una botella de Coca Cola. “Ya sé qué peli vamos a ver… Almas Gemelas, te va a gustar” Raúl no la conocía, pero sí conocía bien ...