Humillar a un chico beta - el video de disculpas - Relatos Eróticos

Humillar a un chico beta - el video de disculpas

... mensaje decía:

«Aquí está el tonto video que querías. ¿Qué le dijiste a mamá? Nunca había sido tan estricta conmigo desde que me daba ajustes de actitud».

Salí de mi habitación para despejarme y como sabía que la casa estaba vacía me olvidé por completo de que estaba como Dios me trabajo al mundo. O casi. Estaba bebiendo un vaso de agua en la cocina y cuando me di la vuelta Raquel estaba frente a mí. Fue raro, no sentí vergüenza. Vi a Raquel sujetar con ambas manos el dobladillo de su vestido de Maid francesa, el uniforme obligatorio de todas nuestras sirvientas. Se mordió los labios.

—¿El señorito se encuentra bien? —Sus mejillas estaban rojas y su respiración parecía agitada.

Vi a Raquel y recorrí su cuerpo con los ojos. Tenía el cabello color rubio natural y sus pechos llenaban la blusa de su uniforme, siempre con más de un botón de su blusa abierto para dejar mostrar su blanca piel. Su falda era muy corta y dejaba ver sus medias blancas sujetadas col ligero. A veces la sorprendía agachándose para pasar el plumero por algún mueble y le podía ver un poco el trasero, cubierto por bragas blancas con la insignia de mi familia. Recordé que antes de la pelea con Jhon estaba tratando de deducirla para llevármela a la cama. Sentí mi pene pulsar y bajé la vista hacia mi ombligo recordando que estaba desnudo, solo para ver la jaula de metal muy pegada a mi cuerpo moviéndose apenas un poco, como si latiera. Levanté la vista y ¿fue mi imaginación? Los pezones de Raquel estaban duros y se veían abultados a través de la tela de su blusa, hace a penas unos segundos no estaban así...

—Iré a mi habitación, Raquel. Que nadie me moleste, soy el hombre de esta casa. Recuérdalo.

Caminé tambaleándome porque me dolían las bolas. Sentí a Raquel seguirme con la mirada, y por un momento creí imaginar que la escuché reírse.

***

Ahora ve a dormir. Recuerda que los chicos buenos no tienen erecciones.