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La tentación: Puta de ascensor
Fecha: 11/12/2025, Categorías: Incesto Autor: Lena Hache, Fuente: TodoRelatos
... en el último piso al que llegaba el ascensor. A mí me quedaba uno para llegar a la buhardilla, que tenía que subir andando. Pasé unos días pensando en él y bajando la basura todos los días a la misma hora, aunque no tuviese nada que tirar y bajase sólo con un cartón de leche. Ese día, el día que tiré el cartón de leche, me encontré con una carta suya en el buzón. Me decía que no dejaba de pesar en mí y que quería verme, pero que su mujer no lo dejaba salir de casa porque le daba miedo que se volviese a quedar encerrado en el ascensor y tampoco dejaba que bajase por la escalera. Al día siguiente llamé a mi hermana y las dos nos presentamos en su casa. El plan era que ella entretenía a la mujer mientras yo me lo follaba a él. Cuando llegamos a su piso y dijimos que queríamos verlo para interesarnos por él su mujer nos dijo que le venía muy bien porque si nosotras nos quedábamos vigilándolo ella podía ir a hacer unos recados. Todos, incluso mi hermana que no vivía ni en el barrio, sabíamos que los recados eran dejarse la pensión de Don Luis en el casino. Por suerte él tenía dinero de sobra lejos del alcance de ella. Al irse la arpía esa, no hizo falta que mi hermana la entretuviera y a Don Luis se le ocurrió proponer que se nos uniera. Según él para que la pobre no sintiese que había hecho el viaje a lo tonto. Yo no tenía ningún problema, incluso me hizo gracia orque no me esperaba esa propuesta de un señor tan serio. Mi hermana se apuntó. - Siempre me ha dado ...
... envidia que tus amigas te comiesen el coño y yo no. - Me dijo ella al ver mi cara de asombro. Las dos nos desnudamos sin decir nada más. Él, por tener menos movilidad, tardó más. Mientras Don Luis se quitaba la ropa, nosotras nos magreábamos. Ella no quiso perder más el tiempo y me comió el coño a lo loco. Mi primer orgasmo y casi no habían empezado ni los preliminares. Luego las dos le comimos la polla. Yo me retiré rápido y dejé a mi hermana sola ante el peligro yéndome yo a su coño. Me daba mucho morbo saborear el coño de mi hermana pequeña supuestamente heterosexual. - Creo que está listo, ¿quieres tú primero o me dejas a mí? - Me preguntó ella. La aparté de un zarpazo. Don Luis era mío. Su polla era mía, y compartirla con ella era un gesto de consideración, por lo que yo debía ser la primera en catarlo. Me puse a cuatro patas con el culo algo elevado, en pompa. Él empujó su gordo glande con suavidad para no hacerme daño y no tardó en conseguir que aquella tuneladora me penetrase. Tenía un buen ritmo, a ciegas no hubiese dicho que tenía más de cincuenta. Sus manos sujetaban mi cintura con una delicadeza extrema mientras su pulgar jugaba con mi ano, llegando incluso a introducirse dentro en algún momento. Mi hermana me puso el coño en la cara para que se lo comiese. Seguía estando riquísimo. Me corrí la primera, pero ellos no tardaron en correrse. Lo hicieron a la vez, y me dejaron el coño lleno de semen y la boca llena de fluidos vaginales. Mi hermana y yo cambiamos ...