1. Mi esposa no supo negarse y acabó disfrutando


    Fecha: 11/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: MARIANO, Fuente: CuentoRelatos

    ... tardaron mucho en proseguir su excitante avance y al cabo de unos minutos el que estaba detrás de ella empezó a besarla en el cuello.. El otro chico ya había bajado sus manos por el costado del cuerpo de ella hasta agarrar suavemente sus caderas mientras también besaba sus mejillas acercando su boca a la de Olga.
    
    Mientras la magreaban y besaban me fijé en los dos tíos. Eran muy distintos, el que estaba delante de Olga era moreno con el pelo muy rizado y de cuerpo bastante fuerte aunque no excesivamente alto, mientras que el otro chico era rubio, más alto y delgado que su compañero y de pelo bastante corto.
    
    Los dos hombres estaban cada vez mas animados, toda vez que Olga no ponía reparos a los sobeteos, e intensificaron sus caricias por encima de la ropa. El rubio paseó sus manos por el cuello de ella hasta alcanzar sus pechos y el moreno llegó con su boca a la de Olga y comenzó a besarla en los labios. Al principio Olga no respondió al beso, pero la insistencia del hombre consiguió que ella entreabriera los labios y de inmediato él lo aprovechó para meterle su lengua y besarla con más intensidad mientras ya le acariciaba el trasero.
    
    A través de sus monos de trabajo se podía constatar que los dos hombres se estaban empalmando mientras acariciaban a Olga e imaginaban lo que podía a venir a continuación. Mi esposa permanecía quieta entre los dos hombres respondiendo ligeramente al beso del rumano moviendo los labios mientras la lengua del tío exploraba el interior de ...
    ... su boca.
    
    Yo ya había decidido no intervenir pues el morbo de la situación empezaba a ser enorme y quería ver hasta donde era capaz de llegar ella. Me mantuve agazapado contemplando la escena.
    
    Viendo que todo se desarrollaba seguramente mucho mejor de lo que se imaginaban, los dos rumanos buscaron un mejor acomodo para seguir progresando en sus acciones sobre el cuerpo de ella, y la acercaron lentamente al sofá del salón. Yo me desplacé a la cocina que también comunicaba al salón con un gran ventanal situado justo encima del sofá. Desde ahí podía seguir observando todo sin que me descubrieran.
    
    Tras sentar a Olga en el sofá, ellos se pusieron cada uno a un lado y volvieron rápidamente el ataque. Ahora fue el rubio el que buscó el beso en la boca, mientras le acariciaba las mejillas, y mi esposa aceptó también tímidamente el contacto bucal. El moreno la besaba en el cuello y en el lóbulo de la oreja, mientras le sobaba los pechos, palpándoselos por encima de la blusa.
    
    Mi mujer seguía dejándose hacer y los dos rumanos se convencieron por completo de que tenían el campo libre. La tumbaron boca arriba sobre ellos. La cabeza de Olga reposaba ahora sobre los muslos del moreno mientras que sus piernas se apoyaban sobre las del chico rubio. Este último puso sus manos sobre su falda y le acarició suavemente las piernas por encima de la tela. Luego bajó una de ellas hasta el tobillo y tras introducirla por debajo de la falda empezó a subir por dentro de la misma. Olga mantenía ...
«1234...14»