1. Mi esposa no supo negarse y acabó disfrutando


    Fecha: 11/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: MARIANO, Fuente: CuentoRelatos

    ... las piernas cerradas notando como los dedos del chico iban subiendo inexorablemente hacia su sexo, recorriendo las piernas y luego los muslos, dejando con su avance al descubierto la carne desnuda.
    
    El moreno tampoco perdía el tiempo. Con una de sus manos sujetó la cabeza de Olga para acercar su rostro al suyo y poder besarla en la boca. La otra mano exploraba una y otra vez por el escote de su camisa, acariciando sus tetas por encima del sujetador y amagando meter sus dedos directamente sobre ellas. Luego le desabrochó los botones de la blusa para dejar al descubierto el canal de sus pechos y el sujetador de encaje blanco que los cubría.
    
    Los dos chicos se deleitaban contemplando y tocando ya al desnudo buena parte del cuerpo de mi mujer. Noté un leve estremecimiento en Olga cuando el rubio alcanzó sus bragas y empezó a pasear sus dedos sobre ellas. La falda quedaba ya a la altura de la cintura y sus bragas blancas al descubierto, invadidas por la mano del rubio intentando escurrirse hacia la entrepierna que ella mantenía cerrada.
    
    Con todos los botones de la blusa desabrochados, el hombre acariciaba y apretaba sus pechos por encima del sostén. El bulto de su polla erecta por debajo del mono de trabajo era evidente. Acercó la cara de Olga hacia su cintura para que ella comprobara su calentura, pero cuando ella notó la erección de él giró la cabeza, en un acto reflejo, hacia el lado contrario.
    
    Él lo volvió a intentar, recibiendo de nuevo el rechazo a semejante ...
    ... invitación, por lo que se escurrió hacia abajo en el sofá hasta conseguir que la cabeza de Olga pasara de estar sobre sus su muslos a quedar apoyada sobre su miembro empalmado. Metió sus manos por debajo del sujetador para agarrar directamente sus dos pechos, los masajeó varias veces y luego los liberó del sostén dejándolos por completo al descubierto.
    
    El rubio no paraba de acariciar su entrepierna por encima de la braga, introduciendo de cuando en cuando los dedos por debajo de esta y acariciando su vello púbico, hasta que agarró las bragas y las bajó por las piernas de Olga, dejando al aire la pelambrera negra de su coño.
    
    Los dos chicos, cada vez mas excitados, contemplaban el cuerpo semidesnudo de ella, sin dejar de pasear una y otra vez sus manos por él. Ella permanecía quieta, sintiendo como ambos le metían mano y sin hacer prácticamente nada por su parte, como era tradicional en ella.
    
    El rubio se incorporó y se situó de rodillas sobre el sofá delante de ella, le agarró las rodillas con ambas manos, empujando hacia afuera para abrirle. Olga se resistió levemente, pero al final cedió y la raja de su precioso coño apareció deslumbrante ante la vista del chaval quien de inmediato llevó allí su mano para acariciarle los pliegues de sus labios. Al subir sus dedos y alcanzar el clítoris, percibí claramente el gimoteo de gusto por parte de ella.
    
    El rumano moreno se fue deslizó más hacia abajo en su asiento hasta conseguir que la cabeza de Olga reposara sobre su vientre. ...
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