1. La sumisión de la viuda (II)


    Fecha: 12/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: biembre58, Fuente: CuentoRelatos

    Llegaron al chalet y Ana aparco el vehículo delante de la casa y salieron los tres, Nadia se interpuso entre Ana y Carlos.
    
    – Vete a mi casa – le dijo Nadia a Carlos dándole las llaves – déjame esta noche sola con ella… quiero que estemos solas y follarla plácidamente.
    
    Carlos hizo un gesto de disconformidad, pero acepto lo que le dijo Nadia y le paso la mano para coger las llaves mientras Ana giro la cara avergonzada.
    
    – Ven marrana – le dijo Nadia a Ana cogiéndola de la mano y la llevo hacia la puerta de su chalet, Ana se llevó las manos al bolso saco las llaves y abrió la puerta y entraron.
    
    Nadia cerró la puerta y arrincono a Ana contra la pared, esta soltó el bolso en el suelo, Nadia le puso su rodilla en medio de sus piernas, sus manos empezaron a magrearle las tetas y empezó a besarla por el cuello y le mordía el lóbulo de la oreja.
    
    – Estamos solas cariño… Nadie va a saber que te voy a follar – le susurraba Nadia – estoy deseando llevarte a la cama.
    
    Ana arqueaba la espalda y Nadia le agarro las tetas y empezó a lamerle los pezones lentamente mientras la miraba a los ojos retorcidamente.
    
    – Por qué me haces esto – balbuceo Ana mientras se movía inquietamente
    
    Nadia le mordió los erguidos pezones y Ana soltó un gritito placentero y Nadia sonreía mientras se deleitaba mirando la expresión de la cara.
    
    – Te gusta lo que te hago, marrana – le decía Nadia – estamos solas, nadie va ver lo putita que eres.
    
    – No soy ninguna puta – le murmuró Ana que ...
    ... llevo sus brazos a su cabeza y dejo que Nadia le comiera las tetas placenteramente.
    
    Nadia le quito la camisa y luego la falda y la dejo caer al suelo y empezó a magrearle y apretarle las nalgas mientras la besaba en el cuello
    
    – Me gustan las gordas como tu – le susurró Nadia
    
    – No me llames gorda por favor, mi marido me lo decía para degradarme – pidió Ana
    
    – Yo te voy a llamar gordita – le dijo Nadia y la beso en los labios y le dio la lengua y estuvieron un largo rato morreando – Te voy a poner cachonda y luego te hare mi putita.
    
    Nadia cogió a Ana de la mano y la llevo a su habitación y la hizo sentar encima de la cama mientras ella empezó a desnudarse, Ana la observaba atentamente con una expresión morbosa. Nadia se acercó a ella y le quito las sandalias y le levanto las piernas y empezó a chuparle los dedos de los pies y Ana la miraba como Nadia se metió su dedo gordo dentro de la boca y lo lamía con suavidad y aquello le provocaba que su cuerpo sintiese un ardor incomprensible, Nadia le hizo un gesto para quitarle las bragas y Ana cerro las piernas y flexiono las rodillas para evitar que se las quitase, Nadia le dio dos cachetes en las nalgas, Ana soltó un grito y Nadia le quito las bragas con un gesto rápido.
    
    – Enséñame ese coñito de viuda cachonda – le susurró Nadia mientras le abría las piernas y sus dedos le acariciaron la raja y Ana soltó un gemido y sus piernas temblaron – como tienes el coñito de húmedo.
    
    – Por favor déjame… no quiero hacerlo – ...
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