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Puro latino 2023
Fecha: 17/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Historiador, Fuente: CuentoRelatos
... último concierto llegó a su fin, y con él, el festival empezó a apagarse poco a poco. La gente se abrazaba, y aunque seguirían de fiesta hasta que se acabase el alcohol, muchos eran los que ya hacían planes para la siguiente edición. —Bueno, chicos, ha sido un placer —dijo Dani, estirándose después de terminar la última cerveza que se habían tomado en el césped. Jose lo miró, como si evaluara algo en su cabeza antes de tomar una decisión. —¿Te vas ya? —preguntó con tono casual. Dani se encogió de hombros. —En realidad no tengo prisa. —Entonces vente a la tienda a por unas últimas cervezas. Nos queda un par en la nevera. Lidia giró la cabeza para mirarlo, pero Jose solo le devolvió una sonrisa tranquila. Como si fuera la cosa más normal del mundo. Dani dudó solo un segundo antes de aceptar. La tienda de campaña era pequeña, lo justo para que dos personas estuvieran cómodas y una tercera tuviera que buscar la forma de acomodarse sin invadir demasiado. Lidia entró primero, sentándose con las piernas dobladas hacia un lado. Su falda se levantó apenas al hacerlo, pero no intentó corregirlo. En cuanto se acomodó, Jose señaló la pequeña nevera portátil en la esquina. —Lidia, saca las cervezas. Sin pensarlo demasiado, se inclinó a cuatro patas, estirándose para abrir la tapa de la nevera. No se dio cuenta de la visión que acababa de ofrecer hasta que sintió el silencio repentino en la tienda. Dani tenía la boca entreabierta, paralizado por lo ...
... que acababa de ver. Desde su posición, la falda de Lidia se había levantado lo justo para dejar totalmente expuesto su culo. El diminuto tanga de hilo no hacía nada por cubrirlo; al contrario, se perdía entre sus glúteos, dejando toda la piel tersa y redonda completamente a la vista. Si te fijabas bien, a pesar de la leve luz, incluso podías ver cómo asomaba la pervertida circunferencia de su ano. Jose, sentado cómodamente, bebió un trago de su cerveza y observó la escena con una calma calculada. Cuando Lidia se giró, se dio cuenta al instante de lo que había pasado. Pero en lugar de reaccionar avergonzada, simplemente tomó una de las cervezas y se sentó frente a Dani, cruzando las piernas despreocupadamente, como si nada hubiera pasado. Dani apenas pudo reaccionar antes de notar la segunda visión. Desde su nueva posición, con la luz tenue de la tienda y la postura relajada de Lidia, pudo ver la pequeña prenda de encaje entre sus muslos. Era tan mínima y fina que dejaba entrever el contorno de su precioso coño debajo. Lidia tomó un sorbo de su lata con tranquilidad, como si no notara la tensión en el aire. Jose sonrió de lado y levantó su lata en un gesto de brindis. —Por el festival —dijo. Dani tardó un segundo antes de reaccionar y chocar su lata con la de él. El aire dentro de la tienda se volvió más denso. La acumulación de noches, de miradas furtivas, de insinuaciones no tan inocentes estaba llegando a su punto más alto. Y esta vez, ninguno de ...