1. Puro latino 2023


    Fecha: 17/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Historiador, Fuente: CuentoRelatos

    ... los tres parecía querer frenarlo.
    
    Dani bebía de su cerveza en silencio, pero su mirada delataba la excitación que intentaba disimular. Jose lo sabía. Lidia también. Y aunque hasta esa noche siempre había puesto un freno, algo en ella se sentía diferente esta vez.
    
    Jose decidió jugársela.
    
    —Hace calor aquí dentro, ¿no? —comentó, quitándose la camiseta con naturalidad.
    
    Lidia bebió un trago de su cerveza y sonrió.
    
    —Un poco.
    
    Jose miró a Dani y levantó una ceja.
    
    —No te cortes. Ya hay confianza.
    
    Dani dudó solo un segundo antes de hacer lo mismo. Su torso quedaba al descubierto, pero no fue su cuerpo lo que atrajo todas las miradas en ese instante.
    
    En ese momento, Lidia, sin decir nada, se levantó ligeramente y deslizó su falda ajustada por sus caderas, dejándola caer a un lado. Para alegría de Jose y para impresión de Dani.
    
    Ya sólo la cubrían el top de gasa semitransparente y el pequeño tanga de hilo.
    
    Dani contuvo el aliento. La visión de esas piernas largas y esculpidas, del culo firme apenas cubierto por el hilo que desaparecía entre sus glúteos, de su piel bronceada bajo la luz tenue… estuvo a punto de perder el control.
    
    Jose sonrió al ver su reacción.
    
    —¿Nunca habías visto a una mujer así de cerca? —bromeó con una mirada cómplice.
    
    Dani tragó saliva, sin apartar la vista.
    
    —No así…
    
    La respiración de Lidia se había acelerado, su pecho subía y bajaba con más intensidad. Sus mejillas estaban levemente sonrojadas, y aunque no decía nada, ...
    ... la forma en la que apretaba los labios delataba su propia excitación.
    
    Jose esperó un momento antes de dar el paso definitivo.
    
    —Por cierto, Dani… —dijo en tono casual—. ¿Alguna vez has visto un piercing como el de Lidia?
    
    Dani parpadeó.
    
    —No…
    
    Jose miró a Lidia. Y lanzó un último órdago.
    
    —Enséñaselo.
    
    Hubo un silencio. Lidia le sostuvo la mirada unos segundos, sintiendo su pulso acelerado en sus oídos. Y entonces, levantó su top de gasa y dejó sus pechos al descubierto, Dani se quedó sin palabras. Sus pezones endurecidos y el pequeño piercing brillando bajo la luz tenue lo llevaron al borde de la locura.
    
    —Joder… —susurró Dani, sin poder disimular su excitación.
    
    Lidia lo miró con una sonrisa traviesa, disfrutando del poder que tenía en ese momento. Pero no tuvo tiempo de decir nada más, porque en un instante, Dani la atrapó entre sus brazos y la tumbó sobre la esterilla. Su boca devoró la suya con hambre, mientras sus manos recorrían sin freno su piel ardiente.
    
    En cuestión de segundos, el pequeño tanga de Lidia y los pantalones de los dos hombres quedaron en algún rincón de la tienda.
    
    Los tres estaban desnudos.
    
    Jose, sentado a un lado, no apartaba la vista. Veía cómo Dani separaba con firmeza las piernas de Lidia y se colocaba entre ellas, frotando su polla dura contra su coño mojado. Lidia gimió al sentirlo, arqueando la espalda en anticipación.
    
    —Mmm… joder, sí… —susurró ella, moviendo las caderas en busca de más contacto.
    
    Dani no esperó ...
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