Una misteriosa, insólita y sorprendente familiaIII - Relatos Eróticos

Una misteriosa, insólita y sorprendente familiaIII

... miraban asombrados a las dos mujeres que hablaban con absoluta tranquilidad de una situación para ellos apocalíptica – Yo ya me temía que Violeta bebía los vientos por Dani, y que esta no la correspondía, pero desde luego no me esperaba que luego ella, tan seria y cabal, se liase con su madre y con la mía, además de con mi padre. Joder que pedazo de guarra.

-Pues mira, yo creo que se van a entender tu madre y tu hermana, y te apuesto lo que quieras que antes de una hora llamaran diciendo que entre ellas todo se ha aclarado y que mañana vendrán para aquí sin rencores. – volvió a insistir su tía y lo que dijo a continuación dejo ya estupefactos a la abuela y a Julio – No sabes lo que Susi puede llegar a conseguir mirándote a los ojos, pues solo con lo que ha escrito ha conseguido que yo me ponga cachonda, hasta tal punto que de nuevo vuelve a ser para mi vuestro padre mi ídolo, mi príncipe encantador. No te digo nada si me lo hubiese explicado mirándome con sus hermosos ojos y diciéndolo con su dulce y melodiosa voz. Y vaya con mi cuñado, si realmente es como yo siempre lo he imaginado, pasional, salvaje, experimentado y competente hasta el punto de complacer a varias mujeres juntas, y a la vez dulce, cariñoso, amoroso y atento.

-Joder Marimar, que pronto cambias de parecer, cuando hace unos minutos decías que era un hijo de puta. – dijo entonces la abuela con cierta tristeza no exenta de un enojo enorme – Tengo cuatro hijas para echarlas de comer aparte, y por lo que ...

... veo, las nietas me parece que van por el mismo camino.

-Yo de verdad no acabo de entender a mi madre. – dijo entonces Julio – Si como dice en su escrito, realmente mi padre está enamorado de Daniela, pero de alguna forma también la quiere a ella, cosa evidente cuando la amenaza si se va, y ellas aceptan esa relación con agrado, ¿Por qué no sigue disfrutando del cariño que le dan los dos? Entiendo que añore su tierra, pero podría estar aquí por temporadas, por ejemplo, en invierno y allí en verano, que cuando los días son largos no es tan oscuro ni tétrico vivir allí.

-Vaya, otro que tal baila. – salto la abuela ofuscada – Entonces a ti te parece bien que tu padre se beneficie a dos mujeres en una especie de bacanal sexual. Porque tiene tela lo que mi hija cuenta, sobre todo sobre las dos Danielas esas, madre e hija. ¿Quiénes son realmente esas mujeres?

-Hay, abuela estas desfasada, hasta cierto punto Julio tiene razón, y no solo no es nada malo complacer a dos, por supuesto si ellas están dispuestas, y siempre que él sea capaz de complacerlas a todas. – dijo Belén con una sonrisa maliciosa – Mucho más aún si entre ellas también se aceptan, se quieren y se sienten realizadas y a gusto con esa relación. Lo que pasa, o por lo menos es lo que yo intuyo que pasa, es que quizás nuestra madre se creía que era la favorita del harén, y al llegar a cierto punto en esa relación se dio cuenta que realmente era el postre, y la favorita era Daniela, el amor de juventud de mi padre. ...