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Pensamientos puercos por minitas en uniforme
Fecha: 18/12/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Fetichismo Autor: Orlok82, Fuente: SexoSinTabues30
... andando y me topé con la que más me puso a mil. Esta morrita salía con mami de su casa (lo mismo, les cuidan mucho ese culo porque saben cuánto vale y cuántas ganas nos da). Tenía como 10, le pongo yo. Y tenía falda cortita (para el promedio) y… y… Ay Dios dame fuerza: Medias veladas azul oscuras. «Mamasita, qué rrrrico, mi amor» me sobé el pantalón «Si fuera tu profe te llevo de la mano a un baño, te doblo en un lavamanos, te volteo esa falda sobre la espalda, te manoseo entre esa piernas hasta que no aguante más y desenfundo, te bajo los cucos y… hacemos café con leche. Tu mierda y mi semen, un batido de amor dentro de tu colita». Al seguir andando, vi otra más, hermosa; como de 12, pero su falda era bastante larga. Le transmití por telepatía «Mami, yo le subo la falda con mi cabeza y termino con mi cara entre tu nalgas, y me pongo a chupar como un crío». Una vez en un foro alguien compartió una foto de una minita como de 9 disfrazada de Harley Queen, y otro comentó: «Yo le hago correr ese maquillaje con sus propias lágrimas, cuando la tenga ahogándose de pija». ¿Ven? Los pensamientos sucios hacen que la arrechera sea prendediza. Armemos un reactor de arrechera entre todos y pongamos a las minitas de uniforme a producir dicha. No pude perseguir más a esta última mina y su mami porque ya llovió mucho para donde iban. Me devolví, pero había más y más morritas en uniforme, y yo ya estaba hecho un lobo. No iba a soportar solo mirando e imaginando, tenía que meterle la mano ...
... a alguna. Ya era la hora estándar, y había morras por doquier, y ahora sí varias iban solas, o al menos con otra morra, pero sin papi o mami. «Tengo qué tocar, hijueputa, tengo qué tocar!» Anduve más tiempo y encontré mis presas perfectas. Dos minitas de trece o máximo trece y medio. Faldas cortitas de tartán blanco con azul oscuro. La forma en que sus caderas anchas estiran la forma de fuelle de la falda, para que vuelva a recogerse con la caída… y al andar, va y viene, va y viene ese culo, y ese pan allá guardado. «Se lo voy a coger, puta-perra, para que no sea creída, se lo voy a tantear y le voy a decir cuánto le pesa». Me les fui detrás. En especial una de las dos me traía loco. Era de ese tipo de putita que… ¿cómo decirlo? Todos sus compañeros deben pajearse por ella. Cabello bien largo y liso y cinturita de pulsera. Va y viene, a un lado y al otro, el uno, el otro… uno-dos, uno-dos; y ese sapo allá amarrado. Aceleré el paso y me sobé el pantalón. Ahora sí la tenía [mi pija] como mastil de fragata. El pobre me estaba pidiendo entrar, bombear y evacuar. Pero me tocó decirle: «La gloria va a ser para la mano, papi; y ella misma te va a atender más tarde en la casa, aguántate y espera». Miré en todas direcciones para evaluar el riesgo y concluí que no era mucho. «¡Ahora o ahora!». Caminé más rápido y llegué hasta ellas. A la elegida: Me hinqué lo suficiente (harto) para meterle la mano bajo la falda. Subí la mano y… ¡Agh! Esto dura tan poco. Dura demasiado poco. Subí la ...