1. Pensamientos puercos por minitas en uniforme


    Fecha: 18/12/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Fetichismo Autor: Orlok82, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mano y ¡El paraíso! ¡EL PARAÍSO, BANDA! Lástima que el paraíso dure como segundo y medio. Le metí bien la mano entre las piernas. La falda se había quedado atorada en mi muñeca. La atarreé exquisito. Sentí donde terminaba su piel y empezaba su lycra. La textura de cada cosa me electrizó por sí sola. La lycra era lisísima, como acariciar algo que está lubricado, excepto que no deja los dedos untados. Me imaginé esa lycra de super-brillante negro. Lo otro que me quemó la mano fue la redondez de sus glúteos. Le sentí las nalgas inmensas y bien infladas. Y lo otro, lo más rico: El calor. Hijueputa: ¡EL CALOR! ¡Las tenía calientísimas! Uno no espera que bajo una falda pueda contenerse tanto abrigo, pero sí. Aunque hay que anotar que mis manos iban entumidas. Segundo y medio, máximo. La mina gritó agudísimo y fuertísimo, al tiempo de dar ese gracioso movimiento de espantar con la mano lo que fuera que se le había metido por el culo. Saqué la mano, la miré a la cara y con gesto de violador le dije «Qué rico» y seguí caminando. Puedo asegurar que ambas se quedaron ahí petrificadas. Uff, estuvo muy brutal. Llegué a la casa sin quitarme la mano de la cara. Olía a colegiala.
    
    Para pajearme, me lo iba a sacar y casi no lo puedo agarrar de lo empapado que estaba. Pero así, la paja fue celestial. Ni para qué les digo del montón de leche. Se desbordó de ...
    ... mi otra mano. Esa leche que por derecho pertenecía a ella, y debería estar haciendo espuma en su garganta, cérvix o recto. Al pajeármela, me la imaginé de rodillas, allá en la calle, y yo dándole hondísimo por la boca. En mi imaginación, le eyaculé la garganta. Qué descargada tan verrionda de esperma, directo a esa garganta. Ella hizo ese gesto de vomitar y para poder respirar y forzó el fondo de la boca y le salieron los mecos por la naricita. Sacó todo el semen que pudo por las fosas nasales y al fin pudo respirar un poco. Diez segundos después, al fin estaba yo satisfecho y se lo saqué. Ella me miraba agradecida y recogía mecos espesos de su quijada y cuello para relamerlos.
    
    Y así… puro amor ♥️.
    
    La satisfacción de un culito bien manoseado no tiene comparación, sobre todo si fue el de una diosa en uniforme, y si esta diosa era de trece, máximo. Poder rozar el paraíso con la palma de la mano. Echarle mano a lo prohibido. Morder la fruta que Dios no quiere que muerdas. En la calle, sin su permiso. Por estar tan buena, por calienta-pijas.
    
    Y sí, la terapia funcionó. Hasta después de varios días volví a acordarme de mis problemas. Hasta después de varios días volvió a ensuciárseme la camioneta. Toca volverla a lavar, jaja.
    
    ©Stregoika 2025
    
    𝙾𝚛𝚒𝚐𝚎𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚎𝚗: 𝙶𝚘𝚘𝚐𝚕𝚎, 𝚌𝚘𝚗 «𝚌𝚘𝚕𝚎𝚐𝚒𝚊𝚕𝚊𝚜 𝚛𝚎𝚊𝚕𝚎𝚜». 
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