Bea, casada y abierta 2 - Relatos Eróticos

Bea, casada y abierta 2

... haría con dos condiciones.- respondió Ramón.- Que realmente las disfrutes si tanto te atrae, y que jures por tus hijos que todo esto no saldrá de nosotros.

Nino respondió con una sonrisa y apretando la mano de Ramón fuertemente. Ramón entendió que estaban de acuerdo, y después de varios años trabajando juntos, no lo dudaba.

Fué varias semanas más tarde, tras una comida de trabajo, cuando Nino y Ramón retomaron el asunto tomando café.

- Esto va a ser diferente, Nino, intenta que nadie vea el móvil cuando te lo pase, de acuerdo?.- Nino se pegó más a la pared del local donde estaban, amplio, de ambiente tropical, y con muchos clientes en la hora del café y las copas; lo suficiente para asegurarse, tal como indicó Ramón, que nadie podría ver la pantalla de un móvil desde aquella posición.

Al recibir el móvil, la polla de Nino reaccionó de inmediato. Sobre un sofá, Bea posaba sentada con las piernas abiertas, medias blancas semitrasparentes, una braga totalmente transparente que dejaba admirar un vello negro bien recortado y unos labios rosados bien marcados de su coño, y unas tetas turgentes de talla 105c que pese a que empezaban a acusar la gravedad, encabezaban dos pezones algo empitonados de aspecto lujurioso. El rostro de Bea estaba velado, lo cual no extrañó a Nino, debido a los problemas de seguridad que en estos tiempos abundaban.

-Joder, Ramón, estoy que muerdo. Dan ganas de follarla sin parar, y espero no te incomodes por ello.

-Para nada Nino, si no ...

... fuese así me frustarías un poco, te lo aseguro. – Respondió Ramón guiñándole un ojo.

La sesión continuó con más fotos, incluidas algunas ya sin bragas. Con cada una, la excitación de Nino crecía; los comentarios lujuriosos sobre Bea también; y , proporcionalmente, el morbo generado en Ramón, también.

Ya saliendo del local, Nino le preguntó a Ramón: - Supongo que las fotos las hacéis por morbo y disfrutar juntos, verdad. – Claro, es como un juego. A ella le gusta y a mí también. Y ella sabe que si muestro la foto a alguien, no sabe nunca quien, y eso también le da morbo. Alguna vez la he mostrado en alguna aplicación de internet, siempre de forma anónima, para calentarnos antes de follar, o en situación similar. Esta es la primera vez que la muestro en persona a alguien que sabe que es ella. Aunque, lógicamente, ella no sabe a quién se la he mostrado, solo que lo he hecho.

- Y con eso le basta claro. – Dijo Nino. – Jajajajaja.- Esa risa fué la única respuesta de Ramón que en ese momento se despedía de su amigo y compañero.

Al día siguiente, al salir del trabajo, Nino vió como Ramón le agarraba del brazo saliendo hacia el coche.- Tienes prisa, Nino?. – Tengo una hora, a las 15:30 he de estar en casa a comer. Por qué?. – Sube al coche.- Respondió Ramón.

Confuso, Nino acató la orden de su amigo y subió a su Seat León azul. Ramón condujo hasta un parque cercano con un amplio aparcamiento, a la sombra, y sin un alma alrededor en varias decenas de metros. Sacó su móvil ...