Bea, casada y abierta 2 - Relatos Eróticos

Bea, casada y abierta 2

... familiaridad que Nino estaba cogiendo con Bea.

Tras el brindis, y charlando sobre relaciones abiertas y lencería, Nino acariciaba los muslos de Bea pegándose cada vez más a ella, que se desplazó al sofá por indicación de Ramón. Allí Nino volvió a besarla, y tras verse correspondido, introdujo su mano por la braguita roja de Bea, alcanzando sin dificultad su coño con sus dos primeros dedos. Bea se recostó más atrás, mientras abría sus piernas, y Nino apartó la braguita a un lado para facilitar la manipulación de su coño que ya empezaba a rezumar en aquel momento. La boca de Nino bajó de aquel beso profundo, a centrarse en el cuello y los pezones de la mujer de su amigo, mientras Ramón, sin perder detalle, comenzaba a masturbarse en una silla cercana a modo de butaca para el espectáculo.

Cinco minutos después, Nino frotaba su polla en el coño de Bea mientras esta, ya desnuda, se ofrecía desde el sofá a cuatro patas acariciando su clítoris desde abajo. Nino introdujo su polla (muy similar a la de Ramón, pensaba Bea) en el coño de Bea con cierta decisión, aprovechando la dilatación y humedad de su cueva. Nino empezó a moverse con fuerza, sobando sus tetas cuando podía inclinarse, y notando su dureza cada vez que pensaba que se estaba follando a la mujer de su gran amigo delante de él y ahí mismo. Ramón se masturbaba mirando a su mujer, hasta que la vió en el punto justo para acercarse e introducir su polla en la boca de ella, que en aquel momento disfrutaba de dos ...

... pollas dentro de su cuerpo a la vez.

-Te gusta como te folla Nino, cariño?.- preguntó Ramón.

-Ufff, sí, no lo hace nada mal, no..ufff...te gusta como me folla el coño, esposo mío?.- Respondió Bea

-Sí, cielo...me gusta que te den fuerte, te mereces todo…..

-Ves como salpica su coño, Ramón?- intervino Nino- es espectacular.

-Lo veo lo veo….ufff, dale así a mi mujercita, que disfrute, y disfruta tú también…...ufff cielo, sigue chupándomela mientras anda.

Ambos varones intercambiaron papeles dos o tres veces, tumbando a Bea a veces boca arriba, otras boca abajo, y al final sentada sobre la polla de Nino de espaldas a él, mientras Ramón le comía el coño cuando su amigo paraba en sus embestidas al coño de Bea. La aceleración de movimientos avisó a Bea del orgasmo inminente de Nino, mientras ella acababa de correrse dos veces, una con uno de sus folladores de aquella tarde. Ramón, al ver la leche de Nino deslizarse por el pubis de su mujer, no aguantó el morbo y se corrió sobre la cara de su esposa, que empezaba a acumular semen por buena parte de su anatomía. Semen que con ternura y deleite, ella recogió con sus dedos, mezcló los de ambos, y se introdujo en la boca con ceremoniosa lentitud sonriendo a ambos.

Y así fué como Ramón y Bea empezaron a construir una vida sexual abierta y activa. Distintas experiencias enriquecerían esa relación, más allá de la ya descrita con Dante, y desde entonces son una pareja feliz que vive su sexualidad para elevar esa felicidad.