1. Petado y enculado por una sexy y tetona transexual


    Fecha: 14/08/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Acababa de llegar de viaje en coche al hotel en el que tenía reserva y según llegaba a la habitación con mis maletas, me crucé con una hembra muy sexy y atractiva. Como todavía no era la hora de comer y faltaban al menos noventa minutos, pensé en darme una relajante ducha, poner el reloj en hora y tumbarme para llegar a tiempo al buffet y comer como un león, pues el stress del viaje me había abierto el apetito. Dicho y hecho, me tumbé y me desperecé a las catorce quince y con el tiempo suficiente de vestirme cómodo y bajar a comer. Al llegar al buffet libre del hotel, me volví a encontrar a esa fascinante y seductora hembra morena que me embelesó y cautivó al principio. Debía de venir de la piscina, hacía poco, pues no solo calzaba unas espartanas rosas, sino que además vestía un pareo multicolor que anudaba sobre el hombro. Yo la reconocí ya que antes me la había cruzado nada más llegar. Casi sin querer y accidentalmente nos situamos a comer no muy lejos uno de otro y al estar cerca, decidimos los dos ocupar la misma mesa. Advertí que entre los dos había un cierto "feeling" y yo empecé muy adulador a alabar su sex-symbol y su atractiva belleza femenina.
    
    Ella me dio las gracias por ser yo tan elogioso y decidió presentarse.
    
    —Por si quieres saber mi nombre, me llamo Yasmín —dijo ella.
    
    —Encantado —dije yo.
    
    —Yo soy Jasón —testimonié yo.
    
    — Encantada —dijo Yasmín.
    
    Seguimos comiendo en animada charla y caímos en la cuenta de que allí no conocíamos a nadie y que ...
    ... mejor forma de pasar esos días, haciéndonos mutua compañía y salir como pareja a conocer la ciudad, cenar en algún restaurante típico y pasear por la playa y bañarnos juntos en el mar. A Yasmín al principio la idea no le sedujo, pero según iba trascurriendo el tiempo dio su brazo a torcer y le divirtió la idea.
    
    —qué te parece, querida Yasmín, si a las veinte horas, quedamos en el bar del Hotel y luego salimos a pasear y conocer el pueblo —comuniqué yo.
    
    —Por mi bien, perfecto —indicó Yasmín.
    
    Nos retiramos a nuestras habitaciones, pues yo estaba exhausto del viaje y con la comida en el estómago, necesitaba echarme la siesta a la voz de ya. Tuve la enorme suerte de levantarme de siesta a la seis y treinta de la tarde, con el suficiente tiempo de darme un duchazo y acicalarme, pero todo muy relajadamente. Me engalané con una camisa negra de hilo de manga corte, unos vaqueros igualmente negros y unos náuticos también negros. Como ropa interior me "entoligué" uno de mis procaces tangas, que alguna de mis obscenas follamigas me regaló. Y como final, mi perfume favorito que le gustaría. Bajé al lugar donde habíamos quedado y ya me esperaba ansiosa Yasmín que pensaba que yo le había tomado el pelo y le había dado plantón.
    
    —¡qué buena estás, amor!, ¡qué guapa vienes! —apostillé.
    
    Marchamos en dirección a la playa y observamos lugares para cenar y tomar copas. Parecía un lugar bello y romántico. Después de dar un relajante paseo decidimos ir a cenar en un lugar lleno de ...
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