1. Amor en criptomonedas V


    Fecha: 23/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Peter28, Fuente: TodoRelatos

    ... de datos financieros. Apenas entré lo noté y él también me notó, pero no me habló. Luego un día me ayudó a reparar mi ordenador y fue cuando lo observé… sus hermosos ojos azul oscuro me miraron de una forma que nadie me había visto nunca. Como si me acariciara el alma.
    
    —¿Qué te hizo sentir esa mirada?
    
    —Paz, amor, felicidad. No fue atracción loca, pero sentí mariposas. Fue como… si por primera vez pudiera respirar sin miedo a ser juzgada. Después lo busqué y quedamos. El me hablaba de libros, de monedas virtuales, de su infancia, de sus cicatrices… Nunca se escondía ni se insinuaba. Nunca pretendía ser más.
    
    —¿Te enamoraste pronto?
    
    Margaret sonrió con tristeza.
    
    —Sí. Aunque tardé en admitirlo. Me enamoré de su ternura. De su manera de hablar despacio. De cómo me hacía el amor, como cuidaba de mí cuando no lo pedía. Era lo opuesto a Eric. No buscaba validación. No quería una versión burguesa de mí. Me quería como era.
    
    —¿Y qué pasó?
    
    Ella bajó la mirada. Se retorció las manos.
    
    - le fallé. Empezaron a criticarlo. Mis amigas. Decían que era débil, .pobre, que parecía refugiado, que no tenía ambición. Y yo… yo callaba. A veces incluso me reía con ellas. Me avergüenza decirlo. Pero lo hice.
    
    —¿Por qué?
    
    —Por cobardía. Por miedo a no encajar. Por no haber aprendido a defender lo que amo. Lo dejé solo en momentos en los que debí sostenerlo. Y él se dio cuenta. Se fue alejando, poco a poco. Hasta que un día… colmé sus límites y se fue del todo.
    
    Andreu se ...
    ... mantuvo en silencio unos segundos. Luego preguntó:
    
    —han pasado 4 años, ¿lo sigues amando?
    
    Margaret lo miró. Su voz tembló al responder.
    
    —Sí. No como quien espera volver, sino como quien sabe que algo real pasó y lo destruyó sin querer. La primera vez que estuvimos juntos… fue tan distinto a todo lo anterior. Me sentí cuidada, amada. Rocé el cielo en sus ojos, entregándome en cuerpo y alma sin restricciones. Y eso … eso es algo que no he vuelto a encontrar, y me da miedo no volver a merecerlo nunca más.
    
    Silencio.
    
    La luz del día se apagaba tras los cristales. Una estrella de Navidad parpadeaba en el balcón de enfrente.
    
    Andreu finalmente habló.
    
    —Amar no siempre es saber hacerlo bien desde el principio. A veces aprendemos tarde. Pero eso también es aprendizaje.
    
    Margaret cerró los ojos dejando caer una lágrima
    
    —Ojalá no hubiera aprendido así. Ojalá lo hubiera defendido.
    
    Andreu se inclinó hacia adelante.
    
    —Todavía estás a tiempo de defenderte a ti misma. De comprender. Y tal vez… de reparar.
    
    Donde no hay nadie
    
    La lámpara del rincón seguía encendida, cálida y constante, mientras la luz exterior había desaparecido del todo. Era la segunda parte de la sesión, cuando todo lo superficial ya se había ido y solo quedaban las cosas reales. Las que Margaret no decía fuera de esas cuatro paredes.
    
    Andreu cerró su libreta. A veces lo hacía para que las palabras fluyeran sin sentirse observadas.
    
    - ¿Quieres hablar de la fiesta en casa de Eric?
    
    No, ...
«1...345...»