1. Compañera de viaje. De viajar juntos a compartir la cama, un salto de calidad


    Fecha: 13/02/2019, Categorías: Masturbación Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... destino.
    
    —Lamento sacarte de tu incomodidad. Tengo que bajar.
    
    Decido descender con ella, en la misma parada, previo disimulo de la erección.
    
    —Si vos no bajás aquí… (evidencia que se había fijado en mí).
    
    —Bueno... hoy es distinto, quisiera bajar y que me permitas invitarte un café, ¿tenés tiempo?
    
    —¡Sí!, te lo permito, invítame...
    
    Tomamos el café y conversamos, saltando de los temas de actualidad a otros más personales y comprometidos. Tenía que pasar por su trabajo, hasta ayer, para retirar el cheque de despido y luego el resto del día, en blanco. Soy vendedor libre, sin horarios fijos, tomando las riendas de las decisiones le digo:
    
    —Te acompaño, y después nos vamos a caminar y comemos algo, ¿te parece?
    
    —¡De acuerdo!
    
    Concurrimos a su trabajo, después a caminar por la plaza y tomar sol. Sentados muy juntos, recordé que tenía encima la llave de la casa de mi tía, de viaje en Europa, y debía pasar a retirar la correspondencia y airear la vivienda. Se me encendió la luz de alerta del cazador furtivo y ahí mismo improvisé una movida para darle el jaque mate y apurarla para ganarle la decisión a su indecisión:
    
    —Vamos a comprar algo para comer.
    
    Compramos cerveza y una pizza, el taxi nos condujo a casa de la tía ausente.
    
    En la cocina destapamos la rubia cerveza, brindamos, quedó un poco de espuma en sus labios, hábil para para convertir cada gesto en una oportunidad, me acerco a recogerlo con la yema del dedo, me chupo la espuma. Sonríe y besa ...
    ... donde estaba la espuma. Nos libramos de los vasos y fundimos en un repentino abrazo, besamos y acariciamos con creciente frenesí.
    
    Susana, tal era su nombre de verdad, estaba apretada contra mí, su humanidad contra mi erección manifiesta, la sentía tanto como en el franeleo que le di en el viaje. Me considero un hombre sexualmente muy activo y eróticamente participativo, sé cómo y dónde apretar los resortes para que esta mujer que aparenta desvalida en el sentido emocional, pueda elevar su autoestima conducida de mi mano de amador empedernido. Desde ese momento solo pensaba en tenerla, y no existía fuerza sobre humana que me pudiera arrebatar de poseerla, de hacerle sentir lo que es un delicioso momento de intimidad, podía percibir en sus latidos internos que estaba entregada, sometida al influjo de un hombre que le había “movido el piso” que no tendría como resistirse por más tiempo al deseo de entregarse en alma y vida a ese hombre que en ese momento era el todo para ella.
    
    Su lengua me escruta la boca, nos comimos la boca sin dejar de respirar. Nos manoseamos desenfrenadamente y sin el menor recato, en un instante ella metió la mano dentro del slip y me tenía agarrado, mis manos debajo de la mini estaban buscando la humedad femenina dentro de la tanga, separando los cachetes, explorando todos los rincones, buscando el camino al sexo. Llegado al clítoris fue un salto de calidad y calidez, un gemido de su boca se ahoga dentro de la mía.
    
    En un “tris” nos encontramos en el ...