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Aventura Familiar 2
Fecha: 29/12/2025, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Incesto Autor: Ericl, Fuente: SexoSinTabues30
Tenía 19 años cuando cometió por primera vez incesto (relatado en la primera parte), su hermanita de ojos brillantes y sonrisa dulce que aún iba al colegio y su prima, un año menor que Maía lo habían enamorado en una sola mañana. Todo fue rápido, intenso, lleno de gemidos y placeres. Se enamoró como solo se enamoran los jóvenes: sin miedo. Pero cuando Maía reaccionó a lo que sus hermanos habían hecho con ella, el mundo también cambió para ella. Los tres hermanos no tenían padres, vivían por ellos y para ellos, tanto Asher como Luka eran muy liberales, más el primero que el segundo, pero eran severos en la protección de su hermanita. A sus apenas 12 años, Maía había perdido la virginidad a manos de su hermano mayor mientras tenía le verga de su otro hermano metida en su boca. “Si decidiste ser mujer, sé nuestra mujer”, le dijeron después de eso. La puerta de su habitación se cerró con un portazo cuando quedo sola y sumergida en su habitación con sus pensamientos Asher, sin pensarlo dos veces, dejó su vida también, se había enamorado y pretendía disfrutar del sexo sin tener que salir de casa ahora. No fue un acto heroico, fue amor. Vivían en una mansión, con grandes paredes y muchos privilegios. Lilith, ella podía ser un problema. No un problema en el sentido estricto o negativo, sino que ella era ese tipo de niña que nace con el botón de la curiosidad atascado en “máximo” y con la necesidad constante de ir dos pasos adelante de lo que cualquiera esperaría. Julián, su ...
... padre y Tío de Asher, solía bromear diciendo que Lilith no caminaba, planeaba. Que cada movimiento, cada mirada inocente, escondía una microestrategia. Era dulce, sí. Era amorosa, también. Pero ahora había probado la verga, la verga de sus primos, no la habían penetrado, pero había hecho parte de todo, y el problema es que no vivía en esa casa, ¿cómo evitar que todo se fuera a la mierda por ella? Lilith era explosiva cuando no le gustaban las reglas, y con una capacidad casi artística para negociar horarios, dulces, o cinco minutos más de lo que fuera. Esa noche, mientras descansaba en su casa se dio cuenta de que estaba agotada, pero a pesar de eso seguía con los ojos bien abiertos, como si el día apenas comenzara, no podía sacarse de la cabeza todo lo que había pasado. Mientras Maía cabeceaba en su habitación abrazando un cojín profundamente dormida, Lilith se acostaba con las sábanas tapándole media cara, pensando, recordando el sabor del semen en su boca. “Mañana… ¿y si mañana hacemos la segunda parte? Pero no me dejarán ir dos días seguidos. Si no, ¿cómo podré hacer para poder ir?”, pensaba. “Lilith… son las once de la noche. No puedes seguir inventando cosas.”, se contestaba a sí misma. Se destapó la cara y miró por la ventana de su habitación, ladeó la cabeza y se dijó una ultima cosa antes de conciliar el sueño, “Entonces me lo sueño, y mañana lo cumplo.” Julián no era sobreprotector con Lilith, y mucho menos en casa de sus primos, confiaba ciegamente en ...