1. VUELTA A CASA


    Fecha: 29/12/2025, Categorías: Incesto Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos

    ... cariñoso beso en la mejilla pegando su cuerpo al de ella. Ambos compartieron su desayuno, completamente ajenos a los pensamientos que habían comenzado a aflorar en el interior de cada uno, una tensión cargada de deseo que comenzaba a teñir su convivencia. A pesar de su prudencia, María disfrutaba profundamente de cómo la trataba su hijo, de sus caricias y besos.
    
    Una noche, María se despertó y notó la mano de Enrique reposando sobre uno de sus pechos. Permaneció inmóvil, consciente de la situación incómoda, pero al mismo tiempo excitante. No quería despertarlo, y mucho menos interrumpir el tacto de su mano que hacía que sus pezones se endurecieran. La excitación comenzó a apoderarse de ella, y sacó fuerza de voluntad para no acariciar su húmedo coño en ese momento.
    
    En otra ocasión, María se despertó con los movimientos de su hijo a su lado. Fingió dormir mientras sentía las manos del joven recorriendo su cuerpo con atrevimiento. Su corazón latía con fuerza, y entonces, para su sorpresa, notó cómo Enrique tomaba su mano y la guiaba hacia su miembro erecto. La sorpresa inicial cedió ante la curiosidad y el deseo, y María se dejó llevar por el juego peligroso. Fingió seguir durmiendo, pero su mano, sobre la dura polla de su hijo, comenzó a acariciarlo sutilmente, casi de forma involuntaria, sintiendo cómo él respondía con gemidos ahogados de placer.
    
    Estos juegos secretos y apasionados se volvieron cada vez más constantes durante la semana. La tensión sexual entre ellos ...
    ... estaba en su punto máximo, y parecía que estaban a punto de cruzar la línea que separaba el amor madre e hijo de la pasión desenfrenada. Sin embargo, antes de que las aguas se desbordaran por completo, llegó una llamada que anunciaba la entrega de la cama de Enrique. Esta noticia marcaba el fin de sus noches compartidas.
    
    CAPÍTULO 3
    
    La mañana llegó, trayendo consigo la esperada entrega de la cama de Enrique. Los repartidores llamaron a la puerta temprano, y Enrique fue quien los recibió, dando paso a la instalación de su nueva cama. No pasó mucho tiempo antes de que estuviera lista, y María, siempre atenta a los detalles, les dio una propina antes de que se marcharan. Quedaron solos de nuevo, y la realidad de que ya no compartirían la cama se hizo patente.
    
    María, con una sonrisa nostálgica, comentó:
    
    ─ Bueno, ahora tienes una cama solo para ti.
    
    Enrique, disimulando su desilusión, respondió:
    
    ─ Sí, por fin. Aunque te voy a echar de menos, mamá.
    
    Ella le correspondió con afecto:
    
    ─ Yo también te echaré de menos.
    
    Ambos se miraron y, tras un beso en la mejilla, María propuso una última noche compartida como despedida. A Enrique se le iluminó el rostro y aceptó con entusiasmo.
    
    La noche llegó, y María se encontró despertando en mitad de la oscuridad, sumida en la excitación de los tocamientos de Enrique. Una vez más, él tomó su mano y la guio hacia su miembro erecto. María, esta vez sin resistirse, comenzó a acariciarlo con movimientos amplios y sensuales. ...
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