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41.2 Gonzalo en Lille
Fecha: 13/02/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... instinto me guiaba. Su verga me llenaba del todo y notaba su potente empuje en el fondo de mi vientre, llenando mi cavidad y apretando para traspasar la barrera que encontraba, la quería atravesar y yo quería acogerle, pero mi excitación no me permitía concentrarme y ayudarle en su deseo. Era tal mi éxtasis al estar así con mi hombre, mi Gonzalo, que jamás había llegado a soñar momentos de tal plenitud y placer. Abrí más mis piernas para él pero me favorecía a mí, notaba pequeños y continuos orgasmos en mi ano. Me sentía dominado y solo le dejaba hacer. Gemía como loco empapado en su sudor, y me miraba con lujuria mi cara ofrecida de chico pequeño y enamorado entregado a él. Se inclinó para besarme y toco mi pecho con el suyo dejándome su sudor, me beso en los labios y deslizo su boca hasta mi oreja. -Me encanta tu entrega, sentirte todo mío. En ese momento sentí que el mundo desaparecía, que perdía la razón y comencé a temblar como poseído, un tremendo orgasmo me mataba y me dejaba sin sentido, mis músculos estaban tirantes causándome calambres como si una corriente eléctrica fluyera por mi cuerpo y eyaculé llenándome de mi semen. En mis espasmos podía sentir su venoso miembro en mi recto, lo sentía latir ancho y gordo ocupándome todo, noté su orgasmo mientras me bombeaba furioso, la lluvia de su esperma en mi vientre, su grito ahogado como un bramido y la dureza de su poderoso cuerpo que me aplastaba. -Gonzalo, la siento, te noto dentro, mi amor, la ...
... quiero. Sentía un calor abrasador en mi ano y él seguía eyaculando. -Te gusta, te gusta mi amor. –era un grito que precisaba respuesta. -Amor mío, es glorioso. –se agitaba intentando coger aire para poder hablar y seguía vibrando dentro de mi culo, acariciaba su espalda y su cuello mientras besaba su cara intentando que llegara la calma a mi hombre. Le sonreía dichoso mientras miraba su cara con sus ojos cerrados y respirando suavemente. Acaricié con suavidad sus labios con mis dedos. -Tengo que lavarme, me has llenado de tu semen. –abrió sus ojos, le brillaban como luceros en la noche. Bajó de la cama y me llevó en sus brazos al baño, el plato de la ducha forma un enorme cuadrado, me depositó en el suelo, casi todo el techo esta agujereado en una ducha gigante y cuando abrió la llave caía como una lluvia muy suave, una de las paredes es un inmenso espejo en el que se reflejaban nuestros cuerpos con las gotas de agua que resbalaban por ellos. Me coloca un albornoz blanco y unas zapatillas de la misma tela y me va secando mientras acaricio su alborotado pelo. -Tengo que ir a Estados Unidos en junio, los asuntos que tengo que tratar me llevarán casi un mes. –siento un golpe en el corazón cuando me lo dice. Me siento inundado de tristeza, un mes sin verle y estar sin él me va a parecer una eternidad. Pasamos a la habitación y nos vamos vistiendo en silencio, se coloca una ropa como si fuéramos a ir a la opera o un concierto, con corbata y unos zapatos que ...