1. Diario de un prisionero II: la obsesión


    Fecha: 13/02/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... saciado de mis labios, empezaste a besarme el cuello, luego fuiste bajando por mi torso, te entretuviste con mis tetillas y, más abajo, con mi ombligo: besabas, succionabas, mordías; hacías cada cosa en el momento, lugar e intensidad justos, justos para conseguir arrancarme gemidos y hasta gritos de placer, estabas consiguiendo algo nuevo para mí: me sentía cada vez más excitado, cada vez disfrutaba más del placer que me dabas y por un momento creí estallar de amor. Pero no, no estallé de amor, estalló mi pene, no lo pude evitar, igual que en mi sueño, en cuanto intentaste comerme la verga, terminé, te sorprendió, pero no te desagradó, me dijiste que te había gustado su sabor y me besaste para que probara mi propia esencia en tus labios, me volví loco, tu boca sabía a ti, sabía a mí, era indescriptible, no lo puedo decir con palabras, pero era lo mejor que me ha pasado.
    
    Me diste tiempo para recuperarme de tan bella impresión y me pediste comerme la polla de nuevo, pero esta vez me dijiste que me harías gozar de la mamada y cumpliste, besaste mi glande, lo acariciaste con tu lengua, luego me cubriste todo el tronco de besos y te entretuviste sorbiendo mis cojones, luego, cuando ya la tenía como un canto, te la metiste a la boca, te la comiste toda, hasta la base, podía sentir mi glande en tu garganta y estaba tan excitado que de mi boca sólo salían gemidos y tu nombre, no creía poder aguantar mucho tiempo y te lo hice saber, entonces de algún sitio sacaste un cojín y lo ...
    ... pusiste en mi cintura, luego, tu cara se internó entre mis nalgas y lo único que sentí fue tu lengua en mi agujerito, casi me corro otra vez, me estabas dando a conocer sensaciones que no conocía y cada una superaba a la anterior, te amo y quería ser totalmente tuyo, cosa que te hice saber y tú me dijiste que ya casi todo estaba preparado, sólo te faltaba lubricar tu pene, te dije que eso no era problema, que para eso estaba mi boca. Mi proposición te gustó porque te mordiste el labio inferior y acercaste tu bella polla a mi boca, que de inmediato acogí gustoso, nunca lo había hecho, pero intenté hacer lo que tú me hiciste, no sé qué tan bien me salió, pero tú me hiciste saber que gozabas y me decías que ya estabas listo que por fin sería tuyo. Volviste a mi culito, le diste un rápido beso como para refrescar lo que ya habías hecho y entonces tu bella tranca apuntó a mi hoyito y, finalmente, me hiciste tuyo, me dolió un poco, pero sólo un poco, el placer se sentirte dentro de mí, de saber que era tuyo y el que mi primera vez fuera contigo, todo esto junto, no sólo mitigó cualquier dolor que podrías haberme provocado, sino que me hizo disfrutar todavía más lo que estaba sucediendo y querer buscar tu boca para besarte y tú me dijiste que me amabas, luego nos fundimos en uno, ahora sí que éramos uno. Después de un buen rato, en el que no dejamos de besarnos, acabaste dentro de mí, me llenaste completamente de ti y yo, entre estremecimientos y gritos de placer, terminé corriéndome ...