1. Historias de oficina (23) Un placer coincidir en esta vida


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... arrodillándome en el piso.
    
    Tome una de sus manos y llore sobre ella. No se suponía que fuera así, él había podido hacer de todo para salvarme ¿Qué mierda estaba haciendo yo?
    
    Me levante apretando los puños, tenía muchísima bronca, no era para nada justo. Respiré tranquilizándome— pon cara de niña buena —me dije a mi misma. Salí afuera encontrándome con todos los soldados pendientes de mí.
    
    —¿Y Sara?
    
    —Acompáñeme —dijo el soldado.
    
    Salimos de la habitación fortificación y fuimos hasta otra mucho más pequeña. Me llamo la atención que no hubiera ni siquiera un solo guardia.
    
    —¿y la gente que protege a Sara? —pregunte extrañada.
    
    —No hace falta. Sara no puede moverse, esta cuadripléjica.
    
    Mi mente quedo en blanco durante unos segundos ¿había sido culpa mía? mi mente quedo un poco golpeada con eso, aunque no tardo en dejar de importarme. Ingresé a la habitación encontrándome con ella acostada en una cama llevaba un cuello ortopédico y algo que no entendí bien la sostenía.
    
    —Mariza Márquez —pronuncio suavemente— ¿Cómo está tu brazo?
    
    Di un rápido vistazo a mi brazo derecho, la venda cubría la herida por completo, levanté un poco el vendaje viendo el corto cubierto de alguna sustancia médica de color amarilla.
    
    —Mejor. Bastante mejor debería agregar —respondí tranquila.
    
    —¿a qué mierda viniste? Tenías ganas de celebrar la victoria ¿no?
    
    —Yo no soy así, no soy como vos. Vine para decirte que te perdono, deseo que te recuperes tanto física como ...
    ... mentalmente.
    
    —Me perdonas… —repitió suavemente— que hipócrita que suenas. Qué final de mierda tuvo esta historia ¿no?
    
    —Este es tu final no el mío. No me importa si me crees o no. Te deseo mucha suerte —dije dando media vuelta.
    
    —Sabes… recuerdo —comenzó diciendo— recuerdo bien cuando te escapaste. Tome esa amiguita tuya y la golpee hasta aburrirme. Luego se la di a mis hombres, realmente ignoro cuantas veces violaron a la putita esa, pero créeme que escucharla gritar mientras pedía por favor fue una experiencia muy placentera. Bueno supongo que necesitaban un entretenimiento.
    
    Me acerqué lentamente apretando los puños, su sonrisa seguí ahí provocándome.
    
    —En una ocasión dijiste que todo el mundo debe pagar las consecuencias de sus actos, me alegra saber que estés pagando las consecuencias por los tuyos. Recuerdo que un momento te dije que me dabas pena, me equivoque, antes solamente estabas loca, pero ahora también estas sola —fue en ese instante que su sonrisa se borró— ¿Dónde está Emilio? Supongo que estará bastante lejos ya ¿dónde están esos policías tan leales? —no respondía nada— Si yo fuera tu empezaría a ponerle nombres a las manchitas de los vidrios porque serán la única compañía que tendrás en mucho, mucho tiempo.
    
    Di media vuelta retirándome ahora si triunfante, sé que no es lo correcto burlarme del mal ajeno, pero en esa ocasión que bien lo sentí.
    
    Tras dos días en observación fui dada de alta y ya que no tenía nada más que hacer recorrí Sao Paulo. Quede ...