1. Fin de semana


    Fecha: 15/08/2017, Categorías: Gays Autor: Turandot, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba casi vacía, había un grupito de gente, pero más adelante y un par de tíos en butacas separadas detrás de estos.
    
    Me encamine hacia mi sitio, me iba a poner detrás de ella, justo detrás. Me acerqué sigilosamente para que no notara mi presencia y me senté en mi sitio. Se la veía inquieta mirando hacia todos los lados, esto empezaba bien, me buscaba.
    
    Me incorporé en mi asiento y me acerqué, la olí, llevaba una colonia muy suave muy fresca (como ella) pero no sabía que marca era, ¡que rabia!
    
    Estuve un rato oliéndola, desprendía un olor natural, salvaje, pero a la vez dulce.
    
    Ya era hora tenía que empezar, me decidí y empecé a acariciarle el pelo. Cuando ella se dio cuenta, se giró bruscamente, tenía el rostro de enfado, pero cuando me vio se le iluminó la cara y sacó una de sus mejores sonrisas. Nos miramos durante unos segundos y ella se giró nuevamente hacia la pantalla. Yo empecé a acariciarle el pelo, luego la nuca, ella se retiró el pelo hacia un lado y luego fui bajando por sus brazos desnudos, que piel tan suave tenía parecía un bebe. Se le notaba nerviosa, tenía la respiración acelerada y de vez en cuando movía su cabello hacia un lado. De pronto me acerqué más a su asiento y empecé a subir las manos hacia su pecho, lo empecé a rozar suavemente por encima del suéter, primero por los laterales y luego yéndome hacia el centro, parece que le gustaba por que aparecieron unos bultos en sus pechos, eran sus pezones que estaban despertando de un largo ...
    ... letargo...
    
    Empecé a estremecerme, él, lo que durante tanto tiempo había anhelado se había escapado de las manos de su "amiga con derecho a roce" y había venido a por mí.... Dios, me gustaba tanto como me acariciaba...
    
    Y ahí estaba, detrás mía, tocándome, comenzó a besarme el cuello mientras seguía llevándome al cielo con sus suaves manos... No podía aguantar más, -Ven aquí-, le dije. El, sin hacer apenas ruido, se levantó y bajo las escaleras, se coló en mi fila y se sentó a mi derecha, perdimos el control. Empecé a besarle el cuello, subí hacia el lóbulo de su oreja, suave, tierno, me deslicé sigilosamente hasta sus labios, esponjosos, húmedos, como una gota de caramelo derretido entre los míos. Nuestra respiración se aceleró de tal manera que parecía que íbamos a explotar. -Solo nos besamos y ya estamos así..., no quiero pensar que vendrá luego,- pensé mientras el subía su mano, posada entre mis piernas, por la minifalda que yo llevaba.....
    
    Decidimos, tras un gran esfuerzo por dejar de besarnos, que lo mejor sería irnos, porque, aunque aún nadie nos había visto, podría pasar, así que nos levantamos, me peine y puse la falda en su sitio, él también se recoloco y bajamos hasta la puerta, en silencio, a oscuras, mientras yo buscaba su mano por detrás mía.
    
    Al salir del cine, montamos en su coche y dejamos el mío en el aparcamiento del cine. Alfonso me pregunto a donde quería ir, ya que yo conocía mejor Córdoba que él, pero mi respuesta le sorprendió bastante: - a la ...
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