1. Fernanda va al colegio


    Fecha: 21/02/2019, Categorías: Masturbación Autor: FernandaAbril, Fuente: CuentoRelatos

    ... una frondosa jacaranda amarilla, sobre la hierba, varias tardes descargó su leche desbocada entre mis suaves y apretadas nalgas.
    
    Luego Valente un muchachote güero, tipo ranchero, nervioso como caballo, que me enternecía con sus chistes malos, me invitaba de vez en cuando al cine después de clases y ahí, en la penumbra, le regalaba la calidez húmeda de mi boca, que él imaginaba vagina, en la que empujaba su elote jugoso "¡chúpalo Fer, chupalo!" insistía jadeando y viéndome beber su leche bronca.
    
    Absurdamente, después de tener relaciones yo me preguntaba a solas ¿me habrá embarazado? Y no porque ignorara que era imposible, sino que me deleitaba la idea de ser mamá.
    
    El siguiente, y con quien duré más tiempo y de quien aprendía a usar condón y cuidarme, fue el profesor de deportes, quien me citaba en su departamento de soltero con el pretexto de evaluarme. A este hombre que tanto miedo le tuve en un principio, es a quien más extraño, porque me enamoré de él como una boba.
    
    Lo vi desnudo por primera vez cuando nos llevó a una excursión ...
    ... a la montaña. Para meterse a nadar a un río, se cambió de calzoncillos justo frente a mí. Ni se percató de mi presencia. ¡Qué espectáculo! Vi de frente a un hombre de 1.80 de estatura, piel color canela, brazos y piernas de luchador cubiertas de vellos arremolinados. Sus testículos, racimo de higos dulces, colgaban detrás de un pene en reposo que me hizo babear.
    
    Aún en mis noches de soledad añoro su musculoso cuerpo sobre el mío, frotándose en vaivenes sobre mi piel húmeda y lisa, empujando mi “frijolito” dentro de sí mismo, cual vagina poco profunda. Él me enseñó a coger de esta manera, más placentera y femenina que por atrás.
    
    La prepa fue una gran "escuela" para mí. A mis 18 años ya era una amante experta. Para mi mala fortuna, suspendieron a mi profesor por los rumores de tener relaciones con un alumno, o sea yo. Y aunque les demostré que yo lo seduje, de todos modos, rescindieron su contrato. Lamento haberle causado daño al hombre que tanto placer me dio. Nunca supe más de él, pero por él aprendí a defenderme.
    
    Ya les platicaré. 
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