1. Clases de verano con Sarita 1


    Fecha: 22/02/2019, Categorías: Anal Masturbación Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster

    ... clase.Me presenté a unas dolorosas siete y media de la mañana a mediados de Julio. Cuando me abrió la mamá pude sentir enseguida lo estresada que estaba. No entendí los motivos en su totalidad, pero parecía que alguna compañera de trabajo se había echado atrás y gracias a eso ella tenía una gran oportunidad para hacerse cargo de algo importante.Excusándose un millón de veces, me dijo que tenía que irse incluso más pronto de lo que había previsto y prácticamente estaba ya saliendo por la puerta. Me hizo pasar al comedor donde Sarita devoraba un bol de cereales con leche. Estaba aún en “pijama”, o lo que supuse hacía función de ello, que consistía en una camisetita blanca de tirantes que se apretaba contra sus incipientes senos, y las típicas braguitas de algodón.—¿Tú has desayunado algo, corazón? —me preguntó la madre luciendo generosidad, aunque su voz denotaba su alto nivel de estrés.—No se preocupe por mí, señora, que ya vengo desayunado —contesté intentando transmitir la mayor calma posible—. ¿Necesita usted que la ayude en algo?—Es muy amable por tu parte. Solamente cuida que Sarita se acuerde de tomarse el medicamento a las ocho en punto —y entonces dirigiéndose a ella dijo—. ¿Te acordarás cariño? Y no te olvides que tienes la natación a las diez, ¿de acuerdo?—Sí, mami, no te preocupes… que ya no soy una niña… —respondió Sarita.—¡Hay, cariño! Tú siempre serás mi niña pequeña… ven aquí.Las dos se dieron unos cuantos besos y achuchones justo antes de que la madre ...
    ... desapareciera definitivamente por la puerta, dejándome a solas con Sarita por primera vez en mi vida.Me quedé observándola un minuto, se la veía igual de perdida que yo. Nos habíamos visto docenas de veces esas últimas semanas, y aún así parecía que éramos completos desconocidos. Le dije que terminara de desayunar tranquilamente mientras sacaba mis libretas y me instalaba en la mesa.No nos dirigimos la palabra mientras ella se tomaba las últimas cucharadas y recogía su desayuno. Al dirigirse a la cocina con sus platos sucios, me fijé en su culito apenas cubierto por esas escasas braguitas blancas y en el movimiento natural que columpiaba sus nalguitas.Cuando volvió un par de minutos más tarde ya venía con su libreta, lista a empezar la clase.—Bueno, ¿dónde lo dejamos…? —dije mientras ella se acomodaba al otro lado de la mesa.Secretamente intentaba estudiar sus pechos que se marcaban a la perfección bajo la fina tela de ese top. Se le notaba un pezón abultadito, y la transparencia de su prenda me estaba poniendo muy nervioso.Me costó un poco, pero conseguí reconducir mis pensamientos a las matemáticas. Sarita volvía a parecer la de siempre, y su eterna sonrisa me tranquilizaba. Avanzamos según el plan que había previsto para ese día bastante rápidamente, y es que además es buena estudiante.Estábamos en pleno debate sobre cómo resolver de la mejor manera un problema trigonométrico, cuando Sarita me sorprendió con un grito repentino.—¡Oh no! ¡El medicamento!Miré la hora y efectivamente ...
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