1. Desafío de galaxias (capitulo 10)


    Fecha: 22/02/2019, Categorías: Incesto Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... superficie.
    
    —Enhorabuena J.J. —Marisol le conocía de la escuela y de la milicia de Nueva España y eran amigos— has hecho un trabajo increíble.
    
    —Gracias mi señora.
    
    —Me estás tocando la raja con lo de mi señora.
    
    —Lo siento mi señora, —respondió riendo.
    
    —Quiero que amplíes tu grupo para formar un escuadrón. Pásate a ver a la capitán Anahis, y recoge tus galones de capitán.
    
    —Gracias mi señora.
    
    —Preséntame a tu amiga.
    
    —Mi señora, te presento a la piloto comercial, Maite Aurré, —Marisol la dio la mano mientras se besaban en la mejilla.
    
    —¿Eres vasca?
    
    —No mi señora, soy navarra, de Nueva Tudela.
    
    —Me dijo J.J. que puedes pilotar cualquier cosa que vuele ¿eso es cierto? —preguntó.
    
    —Puede darlo por seguro mi señora, —respondió con cierta arrogancia.
    
    —¿Qué sabes de las antiguas naves de batalla federales?
    
    —¿Qué quiere saber mi señora? —Marisol la miró con una sonrisa tranquila—. Disculpe, cuando me pongo nerviosa suelo decir gilipolleces. En mi pueblo tenemos un club, un grupo de aficionados que se llama “Amigos de la Flota Federal” y tenemos afiliados de toda la galaxia. Ya sabe, documentación, grabaciones, imágenes, uniformes… todas esas cosas. Incluso tenemos una reproducción a escala real del puente de mando del acorazado Atlantis. Nos repartimos los papeles e interpretamos los personajes como si estuviéramos en batalla.
    
    —¿Sabrías dirigir una nave de batalla federal? Ojo, he dicho dirigir, no pilotar.
    
    —Por supuesto.
    
    —¿Y hacerla ...
    ... entrar en combate?
    
    —También, mi señora, —y añadió—. Pero es hablar por hablar, hace 400 años que se desguazó la última y para cuándo podamos construir una pasaran muchos meses.
    
    —Acompañadme, —Marisol salio de la habitación seguida por sus dos acompañantes y después de recorrer un largo pasillo entró en un ascensor. Cuando las puertas se abrieron, a Maite Aurré, los ojos se la abrieron como platos.
    
    —¡Hostias! Pero… esto es una fragata clase Küsh… ¿de dónde ha salido…? ¿hay más?
    
    —Tenemos tres, más cinco corbetas, pero revisada solo tenemos está. La pregunta es ¿puedes preparar una tripulación y tenerla operativa en una semana?
    
    —Ya lo creo que puedo, —contestó con una convicción que agradó a Marisol—. Mi familia puede ser mi tripulación. Mis padres tenían un carguero comercial y mis tíos también. Mi padre era el capitán y mi madre la ingeniera. Mis hermanos y yo crecimos en esa nave.
    
    —Muy bien, entonces de acuerdo. Pasa también por la oficina de Anahis y recoge tu nombramiento, a partir de este momento eres capitán de fragata de la Flota Federal. Ella te dirá donde tienes que recoger tu uniforme.
    
    —¿Puedo cambiarla el nombre, mi general? —Marisol la miró fijamente con ojos escrutadores—. Me gustaría rebautizarla como “España”
    
    —Conforme, —respondió complacida Marisol con una sonrisa.
    
    Dos semanas después de la apertura y cierre del portal, a petición de Marisol, se convocó una reunión en la capital federal. A ella asistieron los más altos dignatarios de la ...
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