Mi hija la artista
Fecha: 26/02/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... corriente y me ducho rápido y salgo en calzoncillos.
Yo: ¡Acá estoy! ¿Dónde me pongo?
Marisa: Que vivo, te tiene que dibujar desnudo. Sacate todo.
Yo: ni loco
Lucrecia: Dale pa.
Mientras Lucrecia me hablaba por detrás se acercaba mi mujer y toma el calzoncillos de los costados y me lo baja hasta el suelo, queda mi verga colgando delante de mi hija y como son las vueltas de la vida la historia se repite. En voz muy baja Lucrecia dice:
Lucrecia: Que grande
Las mismas palabras que dijo Marisa cuando vio mi verga aquella vez en el cuarto.
Marisa me empuja al sofá y quedo acostado, toma la verga con la mano y la sacude mostrándosela a mi hija.
Marisa: Mira Lu, como es, vení acércate.
Lucrecia se arrodilla a un costado del sofá para mirarla de cerca. Pero Marisa ya no podía parar. Mi pene se empieza a poner duro por el manoseo, aunque trato de pensar en otra cosa, pero se me hace imposible. Tira del prepucio para atrás y deja la cabeza al aire, se estaba hinchando ante la mirada de mi hija y el manoseo de mi mujer. Los 25 centímetros estaban a pleno, mi hija se pasaba la lengua por los labios de forma inconsciente. Marisa rompe el silencio.
Marisa: Dale, toma agarrala
Mi hija toma la verga con timidez y la mueve de un lado a otro inspeccionándola mientras mi mujer la miraba y se le dibujaba una sonrisa de deseo, lo estaba disfrutando. La pequeña mano de mi hija la hacía ver más grande, yo no podía emitir ninguna palabra, estaba muy ...
... excitado.
Marisa-Dale, chupala
Mi obediente hija le hace caso a su excitada madre, abre la boca y se lleva la vega a la boca, casi no le entraba, mi mujer la ayuda empujando su cabeza desde la nuca. Puedo sentir la lengua haciendo círculos sobre mí glande, succionaba mientras se quedaba sin aire. Aprieto los puños pero no aguanto más, le acabo en la boca. Cuando mi mujer se da cuenta que empiezo a eyacular, no deja que mi hija saque la pija de la boca, la empuja con más fuerza. Uno tras otro chorro de esperma inunda su boca, le empieza a brotar por las comisuras, acabo con mucha fuerza y por la presión la ahoga de tal forma que sale leche por su nariz, mi mujer empieza a reír mientras Lucrecia, tosiendo, trata de sacarla de la boca. Cuando por fin logra sacarla toma una gran bocanada de aire mientras sigue tosiendo, escupe la leche que no traga. Marisa como un animal se monta sobre mi vega y se la mete con fuerza en su vagina, empezamos a coger delante de Lucrecia, mientras se masturbaba.
Lucrecia no tardó mucho en pedir que se la meta, yo no me podía negar y Marisa tampoco. Se la meto muy despacio, abriendo su vulva muy despacio con la verga, mientras su madre le chupaba los pechos hasta dejarlos puntiagudos. Cuando ya pude meterla toda la empiezo a sacudir con fuerza mientras grita. Pero necesitaba más, quiere que le haga el culo, que se lo estrene aunque le duela, aunque se lo rompa y lo hago. Mi mujer le empieza a chupar el ano y lo dilata con los dedos, lo prepara hasta que ...